martes, 29 de julio de 2008

Carrera Contra el Destino y Los Tres Entierros de Melquíades Estrada

VANISHING POINT (Carrera Contra el Destino-1971) de Richard C. Sarafian
THREE BURIALS OF MELQUIADES ESTRADA (Los Tres Entierros de Melquíades Estrada-2005) de Tommy Lee Jones

En ruedas hacia Frisco, California
Kowalski (Barry Newman) es un chofer que se gana la vida manejando autos de un estado a otro. Tomando un Dodge Challenge, decide apostar que es capaz de conducirlo entre Colorado y California en menos de 15 hrs. Alimentándose con anfetaminas para no dormirse, a las primeras horas ya comete las primeras infracciones, lo que motiva que sea perseguido por policías motorizados (en 2 y 4 ruedas) y que a cada cruce limítrofe, los alguaciles le pasen su descripción de una jurisdicción a otra. En su odisea, se cruza con un viejo buscador, una secta religiosa de ofidiófilos, una pareja de hippies y mucho más. Se destaca un disc jockey de color (Cleavon Little), que convierte la inexistente causa del automovilista prófugo en una cruzada de la libertad. El desenlace trágico, es la consecuencia de la pérdida de toda esperanza de reconciliación por parte de Kowalski con el sistema y la vida.

En pingo hacia el pueblito de Melquíades
Pete Perkins (Tommy Lee Jones) es un viejo capataz que desarrolla una relación filial con un peón mexicano llamado Melquíades (Julio Cedillo). La relación, desprovista de paternalismos baratos, culmina cuando un ranger de frontera (Barry Pepper), cuya misión es patrullar en busca de "intrusos", dispara por error y hiere de muerte a Melquíades. El comisario (Dwight Yoakam) no tiene mucho interés en investigar hasta las últimas consecuencias y, luego de una autopsia de rutina, Melquíades es enterrado. El protagonista entonces, secuestra al ranger y lo obliga a punta de pistola, a exhumar el cadáver y a iniciar una larga jornada (que ocupará el resto del metraje) hasta el pueblo natal de Melquíades, donde, promesa de por medio, desea darle una nueva y definitiva sepultura. Por supuesto, mientras tratan de impedir la descomposición del cuerpo, el viaje cambiará la vida de secuestrador y cautivo.

Viñeta 1
Esta noche, vamos a instrumentar un enlace no tan basado en estructuras o esquemas narrativos. Esto implica que observaremos personajes con idénticas desazones surgidas de instantes distintos, uno positivo y el otro negativo. Para respaldarlo, vémonos obligados a ofrecer sendas viñetas de cada película. Vamos con Kowalski en el ranchito de los hippies, observando azorado a una joven que circula en motocicleta por el desierto solo vestida con un par de ojotas (Gilda Texter). Kowalski, veterano de guerra, se había enrolado en la policía y, luego de un escándalo en que resultó perjudicado, descendió a nivel de conductor de carreras de demolición y otras barbaries. La chica, que le ofrece "pasar un rato de diversión", le muestra un recorte periodístico de cuando Kowalski fue preso por denunciar una situación de corrupción policial. Habían pasado muchos años, y nadie parecía haberlo notado, salvo esta joven hippie. Es el gesto, sublime, pero que llega tarde.

Viñeta 2
Por su parte, Pete Perkins había sembrado una larga relación humana de simpatía y sexo con una mesera llamada Rachel (Melissa Leo), casada con el dueño del restaurant (Richard Jones), pero acostumbrada a estar de joda con alguaciles y policías. Estando en una fonda mexicana, pide un llamado telefónico internacional al bar donde trabaja Rachel. Cuando por fin consigue la comunicación, Pete le propone casamiento a Rachel y que se venga a México, para empezar una nueva vida, en paz, sin tener que satisfacer sexualmente a los oficiales de la ley. Rachel titubea, mira a su cornúpeta marido, permanentemente trabajando en la cocina, y a pesar que nos parecería que ama a Pete, rechaza su propuesta, casi se diría contra sus deseos.

Enlace
Figuradamente, ambos antihéroes han procedido de idéntica manera: En algún momento de sus vidas han arrojado una botella con un mensaje al mar. Un mensaje honesto y sincero que a través de su existir, las personas de inquebrantables convicciones dejan como impronta. Y son seres de similares valores los únicos capaces de percibirlos y compartirlos. En el primer caso, Kowalski se topa con una tardía respuesta cuando su mensaje ya había caducado y su sino ya estaba prefijado. Eso le agrega una razón más para autodestruirse. En el segundo, el viejo Pete apuesta a esa llamada de larga distancia y pierde. Su mensaje aún es vigente, porque él tiene un proyecto de vida. Pero la única persona que lo pudo haber percibido y compartido, en tiempo y forma, le dice que no.

Bienvenidos Kowalski y Pete Perkins a esta galería de pobres diablos que se pasan toda la película (y la vida) dejando improntas que nadie quieren ver o bien, cuando las ven, es tarde para cambiar nada.

Dedicado a los dos Guillermos: Guillermo Cabrera Infante (guionista de Vanishing Point) y Guillermo Arriaga (guionista de Los Tres Entierros de Melquíades Estrada)

Darío Lavia

viernes, 4 de julio de 2008

La Avalancha y El Sueño de Cassandra

DIE LAWINE (La Avalancha-1923) de Michael Curtiz
CASSANDRA'S DREAM (El Sueño de Cassandra-2007) de Woody Allen

Victor Varconi y Lilly MarischkaMarido y mujer
Un joven (Victor Varconi*), en camino a su boda con una joven de sociedad (Lilly Marischka), es interceptado por alguien que le informa que su querida tía (Mathilde Danegger) está muy enferma. En el lecho de muerte, la vieja le pide que respete su última voluntad: Hacerse cargo del bebé que le dejó a una joven madre soltera (Mary Kid). Pasan 2 años, y nuestro sufrido protagonista se va a vivir a los Alpes, en una cabaña, junto a su esposa e hijo (el simpático Walter Marischka). Su vida está encausada y todo fluye en armonía (trabajo, amor, etc.) hasta que hace su aparición "la Otra", aquella novia que dejara plantada el día de su boda, ahora convertida en una vampiresa de objetivos claros y métodos nada sutiles.

Ewan McGregor y Colin FarrellHermanos
En la Londres contemporánea, dos hermanos de personalidades opuestas (Colin Farrell y Ewan McGregor), son unidos y sensibles ante la vida y los respectivos proyectos de cada uno. El primero es mecánico honesto, pero también apostador compulsivo que gana y pierde grandes cantidades. El segundo, enamorado de una joven actriz (Hayley Atwell), planea invertir en hoteles en California, para lo que dejará el restoran paterno (John Benfield). La madre de ambos (Clare Higgins), anuncia un día la llegada a la ciudad del querido y rico Tío Howard (Tom Wilkinson). Es la oportunidad para ambos hermanos, de solucionar cuestioncitas económicas de diversa urgencia y de superar de una vez para siempre todos los problemas.

Varconi y Mary KidCruzando la línea
Volvemos al matrimonio de la cabaña. Aparece la Otra pero es rechazada por el joven marido, que trata infructuosamente que su esposa no se de cuenta lo que pasa. Ella le propone una última cita y luego se irá para siempre. La joven esposa (las mujeres no son nada tontas para percibir injerencias femeninas foráneas) se adelanta y marcha al punto de encuentro advirtiéndole a la vampiresa que deje de romper los cataplines. Llega el marido para poner orden a sus mujeres, y decide escoltar a la Otra hasta su hotel, como mera cortesía pero a regañadientes. Sin saberlo está cruzando la línea.

Más acá en el tiempo, el Tío Howard les promete todo el dinero que sus sobrinos necesitan, pero les pide un favor a cambio: Deben eliminar a un molesto adversario laboral (Philip Davis) que puede hacerle un agujero judicial. Es un punto de inflexión que descoloca a los dos protagonistas. Hay 1.001 justificaciones y detalles, pero matar es un asunto serio e implica también cruzar el límite.

Tío Howard (Tom Wilkinson) explica su planFinis
Mientras en la película de Curtiz, una avalancha casi mata a la esposa y al niño (son salvados por un pastor alemán émulo de Rin-Tin-Tin y por un maestro de escuela cuyo nombre no ha sido acreditado en el felm), el marido estrangula a la vampiresa y huye, siendo perseguido por una docena de policías en esquíes (el final a toda orquesta ocurre bajo otra avalancha). En la de Woody Allen, luego de muchas idas y vueltas, los hermanos matan al enemigo del Tío Howard. A pesar que el crimen no tiene testigos, la vida se hace difícil después del crimen ya que la conciencia remuerde a uno de los hermanos (Farrell), que avisa al otro que no puede vivir con semejante culpa y que por eso planea entregarse, sin involucrar a nadie. Viendo peligrar su futuro, Ewan planea matar a su hermano, pero ha llegado demasiado lejos, y en un ataque de rabia, pelea con resultados trágicos: Un hermano mata al otro y el sobreviviente, desesperado, se suicida **. En tanto, las novias de ambos, ignorantes de la tragedia, van juntas de compras.

Varconi le da paz eterna a la vampiresaEnlace***
El cruzar la línea, nos explican ambas películas, causa que el damnificado quede desequilibrado y ya no encuentre sosiego, haya o no complicaciones posteriores. Pero vayamos a una 2da. lectura más interesante. Los hermanos de El Sueño de Cassandra se deciden a cometer el crimen, según intentan convencerse, para ayudar al Tío que siempre fue generoso con la familia. La familia es lo más importante, más allá de toda ética o moral. La lente del neoyorkino Woody no profundiza en sus personalidades para ver si realmente creen eso o bien si esa es la excusa y el auténtico motivo es el dinero. Exáctamente lo mismo queda plasmado en el filme del húngaro Curtiz, ya que nunca entra en la mente del joven marido para desentrañar si le llama la atención tener algún affaire con su antigua novia, si realmente ama a su esposa, o si no ama a ninguna de las dos y todo le da lo mismo.

Pero calma. No profundizar en las psiques de los protagonistas es algo común, podemos creer a priori, en el cine liviano y en los directores secundones. Pero esta vez refutamos esa idea respaldando la tesis de la conducta más íntimamente humana. A las personas no les gusta profundizar en sí mismas así como tampoco exteriorizar sus auténticas naturalezas. A veces es tan oscuro el lugar donde se encuentra la verdadera motivación que, o bien, no nos atrevemos a adentrarnos, o si llegamos a hacerlo, nunca lo revelamos. De esta manera, el filme de Curtiz de 1923 y el de Allen del 2007 son profundamente superficiales.

O superficialmente profundos.

Saludos a Hayley Atwell

Darío Lavia



* En el felm aparece acreditado como "Michael Varkonyi"
** El diptiquista aficionado podrá pensar en comparar El Sueño de Cassandra con una gran película de Sidney Lumet, Antes que el Diablo Sepa que Estás Muerto, pero sus parecidos son más de concepto que de fondo y sustancia.
*** Lo reservamos para las notas al pie, pero en ambas películas el conflicto lo plantean, respectivamente, una tía y un tío.

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