martes, 30 de junio de 2009

Más Allá de Zanzíbar y Oldboy

WEST OF ZANZIBAR (Más Allá de Zanzíbar-1928) de Tod Browning
OLDBOY (Oldboy: Cinco Días para Vengarse-2003) de Park Chang-Wook


Lon Chaney y Mary Nolan
Phroso
Phroso (Lon Chaney) es un prestidigitador famoso que trabaja con su esposa Anna (Jacqueline Gadsdon), cuyo amante, el inescrupuloso Crane (Lionel Barrymore), le anuncia una noche que se marchará al África con ella. Phroso se niega a afrontar la realidad y se pone nervioso. Ambos hombres forcejean y Phroso cae desde un primer piso a un patio interior del teatro, dándose la espalda contra una mesa. Menos de un año después, Phroso se ha convertido en un paralítico que se moviliza con sus brazos. Enterado de que Anna ha vuelto, la va a buscar a una iglesia, encontrándola sin vida y con una bebé a cuestas. Tras este prólogo, pasan casi dos décadas hasta que, ahora en el corazón del África, Phroso se ha convertido en chamán blanco de una violenta tribu a la que somete por el misterio y los trucos de magia. Su única intención es la de vengarse de Crane, presunto padre sanguíneo de esa bebé, ahora convertida en la atractiva Maizie (Mary Nolan). A través de los años Phroso ha denigrado a Maizie, convirtiéndola en prostituta de un sórdido burdel africano. Un médico borrachín (Warner Baxter) lo ayuda a mantener su quebrantada salud para cumplir su plan de confrontar a Crane, cuyo marfil ha venido robando metódicamente, con Maizie, a quien ahora también se propone convertir en una dipsómana. El plan se lleva a cabo a la perfección, y cuando Crane se reencuentra con Phroso, le confiesa que esa chica no es su hija sino del propio Phroso. Crane es muerto por los nativos, que pretenden incinerar el cadáver en un ritual en que también deben quemar a la esposa o hija del finado, en este caso, la pobre Mary. ¿Logrará Phroso disuadir a los nativos de sacrificar a la chica? ¿Qué cosa más valiosa podría ofrecer para salvarle la vida?


Choi Min-Sik y uno de sus muchos martillazos
Oldboy
Oh Dae-Su (Choi Min-Sik) es secuestrado y mantenido en cautiverio durante 15 años de su vida, sin ninguna explicación, ni motivos aparentes. Durante ese calvario, el protagonista se entera que su esposa ha sido asesinada y que él mismo ha sido señalado como culpable. Tal y como Montecristo, logra fugarse (o al menos, cree que lo ha hecho) y sale a una ciudad en la que deberá recurrir a la violencia extrema para adaptarse. El largo aislamiento lo ha convertido en un monstruo, y su única misión es vengarse de sus desconocidos captores. A medida que progresan sus averiguaciones, se da cuenta que, a pesar de estar en libertad, su aprisionamiento aún se mantiene. Al conocer al supuesto responsable, se enfrenta a una de muchas encrucijadas que se le plantearán: si lo mata, jamás sabrá las causas de su cautiverio. "Cuando río, todo el mundo ríe, cuando lloro, lloro solo," dice el protagonista, pero en este caso, su vida se ve permanentemente controlada, tanto en los buenos como los malos momentos, por este villano desconocido. Tras numerosas instancias (ingesta de pulpo vivo, catarsis de martillazos a un sinnúmero de hampones, etc.), a través de un flashback, el joven malvado (Yu Ji-Tae) explica que le hizo todo eso como venganza por antaño haber impartido un rumor que generó el suicidio de su novia. Pero el plato fuerte es que la joven (Kang Hye-Jeong) con la que Oh Dae-Su ha mantenido relaciones sexuales, resulta ser su propia hija. ¿Será suficiente la autoamputación de su lengua para saldar cuentas o esta mente perturbada todavía vislumbra una aberración más sórdida?


Lionel Barrymore y Lon Chaney
Enlace
¿Por qué la gente muy mala elige para vengarse a los hijos (o en este caso, hijas) de las personas que le hicieron daño? La motivación básica es clara: la inocencia es el bien más puro y su polución es la más denigrante de las heridas, no tanto para el inocente sino para su progenitor. En nuestro primer felm de la noche, la venganza se vuelve en contra del vengador cuando éste comprueba que la chica en la que invirtió años para corromper es su propia hija. El segundo felm presenta una variación, que aumenta la maldad de la mente pergeñadora: un hombre es incentivado para relacionarse con una joven que resulta ser su hija.


Yu Ji-Tae y Choi Min-Sik
"¡Cómo es posible que los hombres sensatos puedan llegar a la absurdidad de creer que el goce de su madre, de su hermana o de su hija pueda ser delito!" se preguntaba el Marqués de Sade en "La Philosophie dans le boudoir" (La Filosofía del Tocador, París-1795) [1]. Desde Edipo y Yocasta hasta "Cien Años de Soledad" de García Márquez, el tema del incesto ha permanecido como tabú, como incidente destinado a ser guardado como secreto. Aún así, se trate de la sociedad americana o de la coreana, es un hecho condenado y que acarrea odio y marginación del entorno social. ¿Bajo que óptica se puede observar a un padre que, en el caso que sea consentido, mantiene relaciones íntimas con su propia hija? ¿Es esa una barrera entre civilización y algo más bajo o bien, algo superior que nos parece una bajeza? En cualquier caso, los malvados de nuestras películas utilizan a las hijas de sus adversarios para infringir un daño de una profundidad que les sería inalcanzable, de agredir directamente a sus odiados enemigos.

Y respecto de la reflexión que usualmente cierra cada díptico, volvamos a Sade, que bien pudo ser un loco o un incomprendido: "En el mundo sólo la piedad y la beneficencia son peligrosas; la bondad siempre es una debilidad a la que la ingratitud y la impertinencia de los débiles obligan a arrepentirse a la gente honesta. Que un buen observador se preocupe en calcular todos los peligros de la piedad y que luego los compare con los de una dureza de ánimo sostenida, y verá que los primeros son mayores". Si la compasión es perjudicial, es a través de la dureza y la impiedad que las personas progresan y realizan sus logros. Luego de realizar los actos más tristes, ambos personajes, Phroso y Oh Dae-Su, llevan a cabo proezas sobrehumanas para suplir (y redimir) el peso psicológico del daño causado. Ninguno habría sobrevivido esas décadas de tortura sin tener como meta en un horizonte difuso la chance de vengarse de sus enemigos [2].

Darío Lavia

Dedicado a Sebastián Domizzi y a Choi Min-Sik, actor capaz de comerse un pulpo vivo frente a cámaras



Notas:
1: En Wikipedia se puede recabar más información sobre esta obra literaria.
2: Una recomendación de Sade en la obra citada es ideal para completar el cuadro."Nunca escuche a su corazón; es el guía más falso que hayamos recibido de la naturaleza; ciérrelo con gran cuidado a los lamentos falaces del infortunio; más vale negarle a aquél que verdaderamente necesita, que correr el riesgo de darle algo a un perverso, a un intrigante o a un arribista: lo primero ocasiona muy leves consecuencias, lo segundo el más grave inconveniente".

lunes, 15 de junio de 2009

La Mujer de Arena y Vals con Bashir

SUNA NO ONNA (Una Mujer en la Arena-1964) de Hiroshi Teshigahara
WALTZ WITH BASHIR (Vals con Bashir-2008) de Ari Folman

Mujer de Arena
Buscando insectos fuera de todo catálogo y clasificación se halla un joven maestro de escuela, cuando el atardecer hace imposible su regreso al hogar. Un lugareño, al notar su situación le ofrece cobijo por esa noche. El plan no parece ofrecer puntos de resistencia salvo por un simple hecho: la casa en cuestión se encuentra a unos quince metros de profundidad cercada por médanos. El acceso sólo es posible a través de una escala atada a un antepecho ubicado bien al borde de la fosa de arena. Y no podemos obviar el detalle que se encuentra habitada por una joven viuda.

Luego de una cena abundante y de un descanso reparador[1] el joven se dispone a marcharse apenas despunta el alba. Pero al salir de la casa, la escala... ya no está. La historia nos muestra entonces al joven atravesando todos los estadios del ánimo humano; desde la sorpresa más infantil, pasando por una impaciente sorna, un odio encendido y, ya sin fuerzas y resignado, un espíritu derrotado. Sus primeras semanas están signadas por constantes y frustrados intentos de escape. Esos muros no admiten ser escalados; la arena cede ni bien logra afirmarse un pié. Pasados los meses concluye que la única explicación posible a tal pesadilla era la de un mero e insano entretenimiento para los escasos lugareños, tan hambrientos de risas fáciles y morbo como cualquier hijo de vecino.

El sexo no tarda en presentarse en la flamante pareja. La cópula aparece en una escena en que ambos intentan higienizarse. La higiene es uno de los temas medulares en todo esto. Vivir entre la arena no es de ningún modo llevadero salvo que se tomen recaudos serios sobre el respecto. Sexo e higiene mantienen a ambos en estado de conservación y convivencia mínimas pero indispensables. Ante el pedido del joven por poder salir al menos unos minutos semanales para poder ver el mar, los lugareños aceptan con la condición de que la pareja se avenga a tener una relación sexual fuera de la cabaña, o sea, a modo de anfiteatro, a la vista de todo el pueblo. Nuestra mujer no comparte tales inquietudes marino-filosóficas, y no contribuye a la causa ni aún por satisfacer a su hombre ávido de libertad. La falta de inclinación y de aspiraciones hacia "lo de afuera" de la mujer confinan al hombre a aceptar por todo universo posible a "lo de adentro". Expresado en castellano, si la mujer lo hubiera deseado tanto como el hombre, ambos hubieran podido salirse del hoyo (construyendo una escalera con tablones, picas con elementos cortantes y zancos apropiados con maderas gruesas, para decir algo nomás). Así las cosas, luego de un año ella da a luz y él se queda solo en el hoyo. Mas al llevarse los pueblerinos a la mujer a parir a lugar seguro, él puede disponer de la escala para huir a conciencia. Pero no lo hace, para el regocijo de las espectadoras.

Vals con Bashir
Un antiguo soldado israelí intenta reconstruir en su mente los lamentables sucesos en los campos de refugiados de Sabra y Chatila durante la Guerra del Líbano en 1982. No puede recordar nada de lo ocurrido a pesar de saber que estuvo allí durante la matanza. Su búsqueda de testimonios y vivencias lo llevará a un interesante viaje por Europa y por Medio Oriente, y a otro más inquietante aún; el viaje hacia el interior de su propia mente en busca de su propio pasado. Juntando testimonios de compañeros de pelotón, de oficiales a cargo, de algunos psicólogos e incluso de periodistas que cubrieron la tragedia pudo al fin recuperar información suficiente... algunas imágenes iban dejando de ser esquivas; otras iban cobrando formas nuevas; algunos personajes dejaban de ser meros espectros para convertirse en seres con nombre y apellido.

No puedo dejar de notar la honestidad intelectual de este felm. No busca "la verdad histórica". Así, alejándose de algo tan natural y humano como el asumir el rol de Dios, nos permite ver que tan lejos quedan los guerrilleros de la OLP o las fuerzas cristiano maronitas de Bashir y sus aliadas, las Fuerzas de Defensa Israelí, de la verdadera tragedia de este hombre otrora joven. Después de todo, toda tragedia se reduce a un solo número: uno. Recién sobre el final aparecería la masacre con todo su horror. Este hombre no podía recordar hechos de los que había participado. Tanto y tanto buscó que ahora no los olvidará jamás.

Enlace
La vida es fascinante. La libertad es hoy, a todas luces, un derecho adquirido. Sigue la suerte de todas aquellas cosas que recibimos sin haber luchado o reflexionado seriamente sobre lo que costó el alcanzarlas: las tenemos, pero no las gozamos. Nuestro novel entomólogo recién se percató de su estado cuando ya no podía escapar del inexorable hoyo de arena al que estaba confinado. Ya resignado, comenzó a disfrutar de los deleites de la viuda. La mente no puede litigar con el hombre todo el tiempo y en llegado al punto, nos acostumbramos a lo que tenemos, a lo que podemos, en definitiva, a lo que somos.

La mente... es el tema del bello felm israelí. Un evidente trastorno disociativo afectaba a nuestro personaje; es algo así como actuar sin actuar, sin conciencia del entorno y de nuestro lugar en él. Pero claro, los hechos que se aceleran y se desencadenan "afuera" de algún modo aceleran y llegan a algún puerto "adentro". Hacia el que fuere. El tema es "no ver"; viejo recurso infantil que nos lleva en el recuerdo a aquel velatorio de cuando niños, o a nuestra primera incursión por los camposantos. Para nuestro personaje, el volver a su ciudad en su primera salida significó comprender que la vida siguió el curso a su cansino ritmo, lejos del frenético vals que se libraba en la Beirut occidental.

"Mi padre, para consolarme, me contaba que mientras peleaba en la II Guerra, a los soldados rusos de Stalingrado les daban solo dos días de permiso tras un año en el frente... llegaban a la estación de su pueblo, besaban a su novia y a su madre, para luego volverse en el mismo tren hacia el mismo frente del que habían salido". O sea, recién cuando nos ponemos en la posición del "Otro", podemos realmente comprender la nuestra; sus alcances y nuestros límites.

Cada ser presenta sus propias dificultades. La guerra no hace más que exacerbar nuestras innatas dificultades para comunicarnos, para conocernos, y claro es, para conocer al "otro" y su propia realidad, sus motivaciones, sus miedos. Para el entomólogo, el "Otro" pasó a ser la viuda. Pudo haber sido "cualquier Otro"; pero fue ése. El no haber gozado de su Libertad, el no haberla cuidado y valorado, lo llevó a perderla en un rapto de confianza infundada a manos de un grupo de embaucadores despreciables. La Libertad se pierde y se acaba; es como el agua, parece inagotable, pero no lo es.

Ahora, nuestra capacidad, nuestra inteligencia, se contenta con comprender lo que hay de sensible en los hechos. Sensible es el estado actual de las cosas; dentro de un foso o en un frente de combate. Terminados ésos momentos, el análisis suele volverse borroso en el mejor de los casos, o contundente y orientado a voluntad en el peor; apuntalando lo que creemos o sabemos con anterioridad, o a lo que creemos que deberíamos creer. Después de todo, somos Aprendices de Brujo, alimentados a carne de libros y recuerdos que nos vienen tal como fueron, o como debieron de haber sido (o como nos hubiera gustado que hayan sido).

Al fin y al cabo, se es verdaderamente libre cuando... se es libre; libre incluso hasta de nuestro pasado.

Patricio Flores, un Servidor

A los Mosqueteros de la Polenta Dosificada



1 Es de destacar el hecho que la viuda durmiera desnuda bien cerca y a la mano del joven más esto no fue sino algo pintoresco, llamativo. A diferencia del rey David, el joven no tomaría de esa ofrenda.

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