sábado, 25 de diciembre de 2010

La Prueba del León y Asesinato Esencial

THE NAKED PREY (La Prueba del León-1966) de Cornel Wilde
ESSENTIAL KILLING (Asesinato Esencial-2010) de Jerzy Skolimowski


Desnudo o vestido, un fugitivo es un fugitivo.



Una presa desnuda
Siendo guía de un safari, Cornel Wilde es atacado por nativos, que lo conducen a la tribu y, luego de presenciar la tortura y muerte de sus compañeros (una de las víctimas es untada en algo parecido a barro y cocida al fuego, otra es atada y picada por una serpiente venenosa), se le da la posibilidad de correr por su vida a través de una cacería en la que solo se le permite una ventaja de escasos 100 metros. No tiene armas, no tiene ropas, no tiene protección. Es solo una "presa desnuda" bajo el sol y en el medio del África. Luego de infinitas peripecias, se hace amigo de una pequeña pigmea y termina llegando a salvo a un cuartel desde la puerta del cual se permite un saludo final entre presa y perseguidor (Ken Gampu).



Una presa vestida
Un soldado talibán (Vincent Gallo) vuela a tres americanos con un misil y es capturado por las tropas americanas, interrogado, torturado y extraditado con esos típicos overoles anaranjados que caraterizan a los reclusos de, por ejemplo, Guantánamo. El camión que lo transporta por alguna comarca polaca cae en la nieve y nuestro protagonista inicia su desesperada huida. El relato nos refiere las peripecias - a veces desventuradas - del talibán que mata a sangre fría, huye en camiones o a pie por el bosque, es perseguido por soldados y perros y hasta ingiere, llevado por el hambre, unas moras que le hacen alucinar. En un momento culminante avanza pistola en mano y, en pos de alimentarse, se le prende del pecho a una madre que amamanta a su bebé. Una sordomuda (Emmanuelle Seigner) es la única que le presta ayuda, limpiándole una herida y dándole un caballo, pero finalmente se termina desangrando en el medio de la nada.

Enlace
En dípticos anteriores hablamos puntualmente sobre la caza deportiva del hombre por el hombre, que ha venido dando tema a varias películas desde THE MOST DANGEROUS GAME (El Malvado Zaroff-1932) y MAN-HUNT (La Caza del Hombre-1941) hasta APOCALYPTO (2004) entre muchas otras. Huir de perseguidores superiores en número y habilidad es no solo sinónimo de aventura y frecuente tema del subconciente al plantear sus argumentos oníricos sino también, en ciertos lugares y momentos, parte de una realidad de la que no solo se puede leer en los periódicos sino que, a veces incluso, ser testigo.

Ambos films seleccionados ofrecen aparentes contrastes que, terminan siendo dos maneras opuestas de narrar lo mismo. La Presa Desnuda postula que, eventualmente, los seres humanos pueden descender al mismo salvajismo que los animales. A lo largo de toda la película se insertan escenas de depredadores persiguiendo y atrapando a sus presas (leones a ñues, otros felinos a cebras o gacelas), o fracasando en su intento (el fallo de un leopardo contra un mandril). La comparación no es perfecta, ya que los animales no siempre cazan por deporte y, según se desprende de la película, los perseguidores de Cornel Wilde no se dedican a la antropofagia. En su recorrido, el fugitivo tiene ocasiones sobradas para demostrar su humanidad y su premio termina siendo llegar con vida a la civilización de manera que se restaura su libertad inicial.

Asesinato Esencial nos ofrece una sucesión de iniquidades, desde el inicial atentado del talibán contra tres soldados americanos que estaban conversando de trivialidades, pasando por la detención, interrogatorio, tortura y sangrienta fuga del protagonista hasta cada una de las víctimas que se cobra en su escape. Salvo simpatía por un perro, no demuestra gran humanidad y si la sordomuda que lo atiende se salva de morir tal vez sea por la debilidad del fugitivo o por un primitiva gratitud tras haber sido albergado y cuidado por ella. Al final no hay recompensa para el talibán que, desangrado, cae de su caballo en el bosque helado. Sin embargo, en varios momentos previos la pantalla nos muestra escenas oníricas con una excitante figura femenina. Nuestra mente occidental y materialista nos hace suponer que podría tratarse de su esposa. Pero si nos abstraemos un poco, podría llegar a ser una "huriyah", es decir, esas vírgentes de cejas negras que aguardan la muerte del guerrero fiel para colmarlos de placeres milenarios. Desde ese punto de vista, su muerte ignominiosa sí podría ser una recompensa, ya que todo soldado de Alá caído es digno de ser recibido en el Paraíso por estas doncellas del placer.

Ambos films funcionan como espejo uno de lo otro. La humanidad de un fugitivo es la despiada fiereza del otro; la recuperación de la libertad en vida del uno es la muerte e ida al Paraíso del otro; cada uno procede de culturas opuestas (Occidente y Oriente) y deben luchar por sobrevivir en marcos climáticos opuestos al de sus orígenes (la calurosa savana africana y los gélidos bosques de la Europa boreal). Cada desenlace hace justicia a cada fugitivo y eso, teniendo en cuenta todo tipo de inclemencias naturales y complicaciones humanas, es bastante satisfactorio.

Darío Lavia

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