martes, 17 de octubre de 2006

Cadenas de Roca y El Túnel 6

ACE IN THE HOLE (Cadenas de Roca-1951) de Billy Wilder
EL TÚNEL 6 (1955) de Chano Urueta

Una montaña en Nuevo México
"He mentido mucho en mi trabajo. He mentido a hombres con cinto. He mentido a hombres con tiradores. Pero nunca fui tan estúpido como para mentir a hombres que tienen cinto y tiradores," dice el periodista Chuck Tatum (encarnado por Kirk Douglas) al editor (Porter Hall) de un periódico de pueblo perdido en Nuevo Mexico, a quien quiere convencer de que le de empleo. La situación de Tatum es difícil: acaba de llegar en un automóvil tirado por un guinche y no tiene un dólar partido al medio. Aún así Tatum se ofrece en "oferta" para trabajar por un módico salario. Y cuando el editor pregunta como es que un reportero de New York ha caído en ese puebluchito, Tatum responde con sinceridad rayana en el cinismo que fue despedido de 11 periódicos a causa de todo tipo de irregularidades. Al final, consigue el trabajo, con la intención de lograr una noticia "bien grande" con la que recobrar el prestigio perdido como para volver a la Ciudad de las Luces con paso firme.

Claro, luego de un año en el puebluchito, sus nervios rozan la impaciencia, y Tatum amenaza con que "si no hay una noticia, soy capaz de salir a la calle y morder un perro." La suerte quiere que él y su joven compañero Herbie (Bob Arthur), caigan en una parada en el medio de la nada donde un hombre ha quedado atrapado en el interior de una cueva. Ante la inseguridad de un alguacil (el cabezón Gene Evans) y la inacción de los vecinos, Tatum toma una linterna y se interna en las entrañas de la montaña. Al fin, llega a un hueco donde se encuentra con Leo Minosa (Richard Benedict), un duro veterano de guerra que inmediatamente teje un lazo de amistad con el reportero cuyo único fin es armar una "noticia de interés humano." Para lograrla, urde el plan de iniciar la perforación de la montaña por su cumbre (tarea que a los ingenieros le tomará al menos 6 días) en vez de apuntalar las paredes del túnel y rescatarlo en menos de 16 hrs.

Comienza a girar a partir de este momento el engranaje central de ACE IN THE HOLE, conocida en Argentina como Cadenas de Roca, un filme del maestro Billy Wilder, estrenado con mala crítica y poca repercusión popular en los años '50 y al que el estudio (Paramount) le trocó el título por el más efusivo de THE BIG CARNIVAL (sin que ello mejore el estado de las taquillas). El "Gran Carnaval" es, entonces, el que arma el personaje de Douglas en torno al rescate de Leo Minosa, el "as en el pozo", que incluye cientos de curiosos que acampan y siguen las alternativas día a día de lo que es transformado en una noticia nacional, cuya canilla se abre o se cierra a voluntad del propio Tatum, quien, merced a un pacto con un sheriff (Ray Teal), cuyo único interés es ser reelecto, se ha hecho dueño de la situación.

Una montaña en México
A cientos de kilómetros de distancia, en las cercanías de la Sierra Madre, México, un ingeniero (Víctor Manuel Mendoza) se topa una madrugada con que ha sido sustraído de su depósito un puñado de cartuchos de dinamita. Tal irregularidad, de la que indirectamente echa la culpa a Pedro, su capataz (Víctor Parra), tiñe de inseguridad la inminente jornada laboral, no solo para ellos sino para las docenas de obreros empleados en la construcción de un túnel por el que pasará el ferrocarril Durango-Mazatlán.

Acto seguido, mientras el ingeniero se despide de su esposa (Carmen Montejo), asistimos a la presentación de los personajes con los que tendremos ocasión de familiarizarnos más tarde. Hay una madre que se despide de su hijo (Alfonso Mejía) en su primer día de trabajo. Hay un anciano, Don Luis (Andrés Soler), que se despide de su viejita. Está el típico gordo mala entraña (Jorge Martinez de Hoyos)... y unos cuantos arquetipos más. Al llegar al lugar de trabajo, el ingeniero informa al nutrido grupo de trabajo de que "este será un día especial", debido a que es posible que la dinamita robada esté en manos de algún desalmado. Paralelamente, no muy lejos de ahí, vemos escenas en las que un hombre anónimo que viste camisa leñadora, prepara unas cargas con intenciones non sanctas. Gran parte de los hombres acceden a ingresar en las entrañas de la Tierra para trabajar. No es que sean temerarios sino más bien, que necesitan el salario. Los trabajos se desarrollan con normalidad y los hombres hasta se olvidan de la advertencia de la mañana... sin embargo, en el momento menos pensado (mejor dicho, cuando vamos en 45 min. de proyección, apróximadamente), las cargas son explotadas por esta mano anónima y un desastre de gran magnitud tiene lugar.

La cámara nos muestra las consecuencias de la explosión, a través de un derrumbe generalizado y una lluvia de rocas que, en algunos casos, provocan efectos que rozan lo actualmente conocido como "gore". Numerosos obreros mueren aplastados, uno de ellos es grotescamente atravesado por una estalagtita. El gordo (que también es cobardón) se refugia bajo una topadora y así se salva, pero todos no lo logran. Cuando amaina la borrasca de rocas, el ingeniero trata de reagrupar los hombres. Y mientras esto tiene lugar, nos damos cuenta que hemos asistido al planteamiento (largamente esperado) del nudo argumental de EL TÚNEL 6, filme mexicano de Chano Urueta producido por la Alianza Cinematográfica S.A. y cuyas intenciones resultan ser tan "edificantes" como las del opus de Billy Wilder.

Enlace
Es que Wilder plantea la historia de un hombre atrapado que se convierte en el manipulado centro de una auténtica vorágine mediática en la que prensa, radio y televisión tratan de elevar sus respectivas mediciones de ráting a costa de su desgracia. El Leo Minosa cautivo de la montaña, es sin quererlo, víctima del afán del Chuck Tatum cautivo del pueblito rural. Pero, por extensión, termina siendo víctima fatal del pueblo entero y de sus prójimos, ávidos de un espectáculo "de interés humano". Sobre el desenlace, el llanto de la esposa de un vendedor de seguros que aprovechó la situación para ofrecer sus servicios, no es suficiente para borrar la tragedia. En el Túnel 6 no hay uno sino una docena de hombres atrapados y si bien la película peca de cándida por momentos, con los insoportables proverbios religiosos del ancianito, también queda claro que los obreros atrapados son víctimas de sí mismos, primero por las peleas internas, y luego por la claustrofóbica desesperación que les imprime la ausencia progresiva de oxígeno. El desenlace, con la partida de rescate ingresando al recinto a los pocos minutos que el ingeniero se termina de abrir las venas para que el obrero joven pueda beber líquido, logra borrar en gran parte la gran cantidad de momentos declamativos e impostados. Wilder apunta sus dardos al periodismo populista y hace que el cinismo sea la tónica de sus personajes; Urueta apunta sus dardos a la naturaleza humana y pivotea sobre la candidez y la inocencia. Ambos revierten un concepto básico del cine (introducido tal vez en la época muda) que tiende a relacionar el ámbito rural con una pureza ausente de la Ciudad. Y ambos logran matices relevantes, cada uno en base a universos opuestos.

Darío Lavia

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