domingo, 29 de marzo de 2009

El Fugitivo y La Última Tentación de Cristo

THE FUGITIVE (El Fugitivo-1947) de John Ford
THE LAST TEMPTATION OF CHRIST (La Última Tentación de Cristo-1988) de Martin Scorsese

Un drama bíblico en un país revolucionario
Una aldea latinoamericana de un país imaginario: un harapiento sacerdote (Henry Fonda) es descubierto por la atractiva María Dolores (Dolores Del Río) en una iglesia abandonada. El cura confiesa a la mujer que se ha ocultado debido a que es fugitivo de las autoridades que siguen la orden gubernamental de liquidar todo vestigio de religión del pueblo. María Dolores accede a cobijarlo en su casa pero le pide que bautice a todos los niños del pueblo. También aparece el Teniente de policía (Pedro Armendáriz) que amenaza con fusilar a un aldeano inocente si el fugitivo no se presenta. Por último, ingresa en este cuadro un vagabundo abyecto (J. Carrol Naish), que se ofrece conducir al sacerdote a salvo, a la frontera, pero que solo tiene como meta cobrar la recompensa por su cabeza. Entre estos personajes se desarrollará todo un conflicto de características místicas, que incluirán secuencias tensas (la confrontación entre el Teniente y el sacerdote), tragicómicas (el sacerdote perdiendo su vino a manos del gobernador y su extravagante primo), simbólicas (la danza de María ante el Teniente), todas rodeadas de un extraño halo de emotividad, inusual en todo aspecto. Como resultado, el Sacerdote es atrapado por el Teniente y condenado al pelotón de fusilamiento.

Un drama revolucionario en un país bíblico
Jesús (Willem Dafoe) es ante todo, un carpintero judío que construye cruces para los romanos. Luego que Jesús tiene sus primeras experiencias místicas en el desierto su amigo Judas (Harvey Keitel), que en un principio tenía orden de matarlo, termina convirtiéndose en su primer discípulo. La historia del Evangelio está contada con prolijidad y respetando la iconografía tradicional, destacándose del conjunto el vigor de ciertos personajes: Judas, María Magdalena (Barbara Hershey) de quien se insinúa una vieja historia de amor contrariado con Jesús, Saulo (Harry Dean Stanton) a quien vemos asesinando a Lázaro para silenciar toda evidencia de que Jesús era el Mesías (más tarde Saulo se convertiría al cristianismo haciéndose llamar Pablo). Y como broche de oro tenemos la última tentación del Diablo sobre Jesús, en su momento de mayor dolor y duda sobre su real naturaleza, sobre si era Dios su Padre o en realidad era un hombre común que se había sacrificado en la cruz, por una causa perdida. Esta tentación se manifiesta en la forma de un ángel, que salva a Jesús de morir, y le proporciona la felicidad humana, uniéndose en matrimonio con María Magdalena y teniendo una gran familia con muchos hijos. La especulación está mostrada en una excepcional elipsis que da un giro completo, en una conclusión, si bien previsible, pero aún novedosa.

Enlace
Inspirada en "El Poder y la Gloria", novela de Graham Greene (1904-1991), El Fugitivo encendió las iras de la colectividad mexicana (que intentó boicotear el estreno) a pesar que claramente se indica que el país donde su trama ocurre no es México (1). Por su parte, La Última Tentación..., a su vez basada en la novela de Nikos Kazantzákis (1885-1957), también generó revuelos y boicots pero por parte de la grey católica, que consideró insultante la idea de un Jesús viviendo su vida como hombre (a pesar que, según se discurre del argumento, fuese una vida paralela que solo ocurre en la imaginación) (2).

No vamos a hacer hincapie en el hecho de provocar enojo y rechazo en colectividades o segmentos del público (ya que utilizaremos ese enlace en un próximo díptico), pero si queremos señalar las claras similitudes entre los personajes de Henry Fonda y Willem Dafoe en el aspecto de que, llamados a un destino de muerte y gloria, ambos tienen el mismo solaz de paz y salud antes de encarar un final violento que les servirá como justificativo de sus vidas.

¿Qué pasaría si Jesús volviese a vivir? La mitad no lo reconocería como Mesías y lo volvería a crucificar. Pero aquellos que lo reconociesen como tal, también lo terminarían crucificando ante cualquier intento de alejanrse mínimamente de los estrictos principios que la Religión enfatizó durante dos milenios. Por su parte, un cura que se interna en un país donde la religión es un delito, para satisfacer las necesidades espirituales de cientos de fieles, es candidato ideal para el martirio. En pleno siglo XX la idea del mártir es mayormente un elemento útil para quienes viven de enarbolar banderas de ideologías, religiones o propagandas. De ahí que para justificar un martirio, ninguno de los dos personajes (ni Jesús ni el sacerdote) piensan en otra cosa que no sea ellos mismos: ¿Serán capaces de afrontar el desafío de encontrar un sentido a sus existencias -poco antes huecas o insatisfactorias- y regresar para dar una lección de vida muriendo por sus ideas o credos?

La muerte de Jesús trae aparejada automáticamente la difusión de su mensaje (vía los apóstoles) y la muerte del sacerdote fugitivo genera la llegada de un nuevo sacerdote (Mel Ferrer). ¿Hasta cuándo las fuerzas de la represión van a ignorar que matar inocentes genera mártires? ¿Y hasta cuándo las fuerzas insurgentes van a seguir sirviéndose de mártires para imponer sus premisas? Lamento no poder responder, pero es que está por comenzar la misa. Felices Pascuas.

Darío Lavia

Dedicado a los "Judas" J. Carrol Naish y Harvey Keitel

Notas



1: Bueno, al decir verdad la visión en pantalla de Pedro Armendáriz y Dolores del Río precisamente no sugiere otra cosa.
2: Dicha grey tendría su revancha con el polémico filme de Mel Gibson THE PASION OF CHRIST (La Pasión de Cristo-2004).

domingo, 15 de marzo de 2009

El Infierno y Encarnación del Demonio

L'INFERNO (El Infierno-1911) de Giuseppe De Liguoro, Francesco Bertolini y Adolfo Padovan
ENCARNAÇÂO DO DEMÔNIO (Encarnación del Demonio-2008) de José Mojica Marins


Dante y Virgilia frente a Lucifer
Dante visita el Infierno
El argumento de El Infierno no podía ser más conciso. Es la traslación del Padre de las Letras Dante Alighieri, con la primera parte de la "Divina Comedia", tomando como influencias visuales las ilustraciones maestras de Gustavo Doré (1). Dividida en tres partes, fue la película más larga jamás vista hasta 1912 y fue más allá del típico filme de tableaux - tal como era la categoría genérica de los montajes de Pasiones de Cristo (2)- ampliando un poco la dinámica narrativa y ofreciendo una realmente apasionante batería de efectos especiales. Ubicados en su época, algunos cuadros son más atractivos que otros. Son de destacar el plano de Dante y Virgilio observando el cielo surcado por las almas de los pecadores llevadas por vientos arremolinados (un concepto complejo pero lúcidamente puesto en pantalla por los realizadores), la secuencia de Francesca da Rimini (simplona pero significativa), Caifás crucificado en tierra y siendo apisonado por las almas en pena de los hipócritas y las clásicas imágenes de Lucifer mascando al traidor máximo Bruto.


Zé do Caixão y el Mistificador
El Infierno y Ze do Caixao
Zé do Caixão (Jose Mojica Marins) es un recluso peligroso en una cárcel brasileña cuyos guardias se sienten aliviados de que la condena expire y que sea un hombre libre. A la salida del presidio le espera su fiel Bruno (Rui Rezende), aparentemente un viejo siervo de la época en que Caixão se labró su tétrica reputación. Ambos ancianos salen a un mundo nuevo, actual y descarnado, la realidad de las favelas, en las que, a modo de ejemplo, se muestran dos chiquitos aspirando pegamento y a un militar ejecutando a jóvenes delincuentes. Pero Zé do Caixão no tiene pretenciones morales ni equilibradoras, así que rápidamente se pone a trabajar junto a jóvenes acólitos, para lograr su objetivo, nada más y nada menos que traer el infierno a la tierra. Entre otros menesteres se dedican al secuestro, tortura y sometimiento de hombres y mujeres (especialmente policías, pero también hampones y abogadas). Entre las especialidades desarrolladas por este auténtico Grupo de Tareas, figuran la submersión de la cabeza en un tacho rebozante de cucarachas, la perforación de la espalda con ganchos de metal desde los que se cuelga al damnificado, la inyección de sustancias psicotrópicas, la remoción de la cabellera, etc. Algunos némesis aportan variedad al cuadro de villanía del filme, particularmente un par de hermanos militares (Jece Valadão y Adriano Stuart) así como un monje masoquista (Milhem Cortaz), quienes se proponen destruir a Zé no solo en lo físico sino también en lo espiritual. La perenne búsqueda de hembra para procrear su tan buscado hijo lleva a nuestro protagonista a tener encuentros sexuales con varias de las integrantes femeninas del elenco, aunque sus sueños se ven alterados por constantes pesadillas en que aparecen escenas de sus antiguas películas junto con los espectros de aquellos que murieron en las mismas.


Dante y Virgilio y una potestad infernal
Enlace
Para los lectores habituales de cinefania, difícil que sorprenda el recurrir a filmes que nos muestren viajes infernales, especialmente habiendo dedicando bastante tiempo y artículos al diablo en el cine, en la literatura, en la tierra... Pero bueno, como para "calentar motores" me gustaría ofrecer un falso (evidente) enlace que es el de estos filmes con viajes de un observador (Dante y Zé do Caixão) guiados por un mentor (Virgilio y "el Mistificador"). La analogía, obvia, pero vale la pena como para reparar en la necesariedad de un mentor para emprender una travesía infernal... o cualquier viaje o emprendimiento laboral, social, de vida. Siempre vamos de la mano de alguien.


Descompostura arácnida
Y aquí damos pie a nuestro enlace de la noche, que consiste en la necesidad que tenemos de un "Infierno". En la película de nuestros pioneros italianos del cine, Dante observa a una multitud de falaces, traidores, herejes y pecadores siendo objeto de vejámenes y torturas físicas. Por su parte, el temible Zé do Caixão observa un grupo de almas torturadas (retorciéndose mientras un demonio costurero les zurce las bocas). ¿Quiénes pueblan nuestros infiernos? Sencillamente, todos nuestros "Condes Ugolinos", es decir, todos aquellos seres que son "demonizados". La demonización se ha probado ser una de las más grandes herramientas en el arte de construir verdades históricas, generar conciencia, trazar ideologías y narcotizar grandes masas de contribuyentes. Y no habría demonización sin un lugar donde destinar esas almas, así que el Infierno no termina siendo una mera creación fantástica para contrapesar relatos religiosos o dar argumentos a filmes de terror, sino el pedernal con el que se detonan los cambios en la Historia de la Humanidad.

Darío Lavia

Dedicado a José Mojica Marins



Notas:
1: No dejen de chequear esta colección de arte con las obras del maestro del siglo XIX, autor de más de 200 libros de soberbias ilustraciones.
2: Debido a que tomó bastante trabajo completarla, hace unos años, recomiendo una nota titulada "De Pasiones y Cristos".

¿PERDISTE ALGÚN Nro. DE CINEFANIA? BAJALOS GRATIS