domingo, 29 de noviembre de 2009

A Merced del Odio y RAF: Facción del Ejército Rojo

THE NANNY (A Merced del Odio-1965) de Seth Holt
DER BAADER MEINHOF KOMPLEX (RAF: Facción del Ejército Rojo-2009) de Uli Edel

La Niñera (Bette Davis) y el joven Joey (William Dix), una pugna de odios bien fundamentados
Niño y niñera a merced del odio
Un matrimonio discute. El marido (James Villiers) pretende que su esposa lo acompañe pero ésta (Wendy Craig) no puede parar de llorar ante la perspectiva de ir a buscar a su propio hijo a una escuela especial donde ha estado internado durante 2 años, después de negarse a comer y dormir en su propia casa. Finalmente, alegando una terrible jaqueca, envía en su lugar a la Niñera (la excelsa Bette Davis). Al llegar al instituto el padre es recibido por una autoridad (Maurice Denham, en uno de sus típicos roles de médico) que le explica varios de los problemas del niño. Su discurso es levemente inquietante: "un adulto que se crea Buffalo Bill está demente, pero solemos tomarlo con naturalidad cuando es un niño". Y tanto hablar del niño, que finalmente aparece... pero gastando una morbosa broma a una anciana cuidadora del lugar (1). Un niño de 10 años, Joey... un demonio de 10 años (magistralmente encarnado por el precoz William Dix). El cruce de miradas entre Joey y la Niñera es esclarecedor. Hay odio. Odio profundo, enraizado en cada célula del infante. De parte de la Niñera hay comprensión y tolerancia. Joey regresa a casa y comienza a manifestar las mismas perturbaciones que antaño. Es caprichoso, exige cambiar de dormitorio, se niega a comer nada cocinado por la Niñera, contesta a sus mayores... La gran oportunidad para hacer de las suyas surge con el repentino viaje del padre, que debe estar fuera durante dos días (el padre es mensajero de la Reina). Y no habrá respiro para la madre de Joey, que con cada infernal travesura de su hijo sufre un ataque de depresión.


Ambos contendientes se estudian y están listo para la acción: la policía vs. jóvenes e inocentes manifestantes
Niños y sistema a merced del odio
A fines de los años '60, la periodista Ulrike Meinhof (Martina Gedeck) publica una declaración por los Derechos Humanos ante la inminente visita del Shá de Persia. Un grupo de manifestantes trata de hacerse escuchar, pero son reprimidos por fuerzas adictas al gobierno iraní en connivencia con la policía. Consecuencia de los graves incidentes es el asesinato impune de un manifestante, que es un eslabón más en los complicados hechos de violencia que se vivían por esa época en todo el mundo. Dos activistas entran en escena: Gudrun Ensslin (Johanna Wokalek) y su amante, Andreas Baader (Moritz Bleibtreu), tipo de armas tomar que funda una agrupación denominada "RAF" (Facción del Ejército Rojo) con la que se propone demostrar a la opinión pública del peligro del Imperialismo Americano como nuevo fascismo. El primer golpe es un incendio en un shopping que termina con dicha pareja apresada y llevada a juicio. Aparece en escena el activista Rudi Dutschke (Sebastian Blomberg), que dirige un mitín universitario en contra de la intervención americana en Vietnam en que se viva el nombre del líder vietnamita Hồ Chí Minh. Diversos hechos y personajes discurren con el correr del tiempo, de los meses, de los años: Dutschke sufre un atentado por parte de un joven derechista que es baleado por las fuerzas policiales. Meinhof y Ensslin se conocen y conspiran para sacar a Baader de la prisión, ingresando en la clandestinidad. Los revolucionarios deciden cambiar su objetivo y en vez de oponerse a las injusticias del orbe, se vuelven contra el gobierno alemán como principal enemigo. Persiguiendo este blanco, viajan a Jordania donde ingresan en un campamento de adiestramiento para terroristas en que oficiales árabes imparten técnicas militares. De regreso en Alemania comienzan a llamar la atención nacional al robar bancos para obtener fondos con que financiar sus ataques a embajadas y cuarteles militares de la OTAN. En este punto, el director de la policía (Bruno Ganz) comienza a prestar atención a los jóvenes iracundos y, a diferencia de otros funcionarios, decide estudiar profundamente sus perfiles y comprender sus pregones, bajo la premisa de que para vencer al monstruo hay que entenderlo.

¿Oculta esta imagen angélico-maternal un ser enfermizo?Ud. es la opinión pública
Ante el simple acto de proyectar una ficción cualquier director, sea un artesano de clase Z o un gran maestro de la historia del cine, nos invita a identificarnos con uno o varios personajes. De lograrlo, el director se asegurará que nosotros, espectadores, nos involucraremos con la trama de la película, evitando caer en el principal pecado que es aburrir [2]. Generalmente, no siempre, realizamos un juicio de valores y con el correr de los minutos, definimos mentalmente quien es el bueno y quien el malo, con lo que dejamos zanjado el asunto de identificación con un personaje. Más allá de cuestiones como "antihéroes" o "antagonistas", que dejaremos para otros dípticos, en líneas generales diremos que percibimos las historias segmentando entre buenos y malos, tal y como los guionistas esbozan sus argumentos. No sé si sea una virtud o un problema, si una visión idealizada o un defecto en la interpretación de los estímulos, lo cierto es que es algo tan humano como el dormir, soñar y despertar.

¡Vinimos a protestar contra el Shá y mire como nos reprimen! (la policía, como de costumbre, dando material de propaganda a futuros terroristas)Enlace
El guionista de A Merced del Odio, Freddie Francis, juega hábilmente con la cognición del espectador, ofreciéndonos una trama en que apostamos ciegamente por la inocencia de un personaje y por la culpabilidad del otro. Un tipo de espectador puede considerar que el niño era un diablo y que la niñera una persona de bien pero, por la misma arbitrariedad, espíritus más rebeldes interpreten lo opuesto. Cuando nuestra percepción va revelándose errada, seguimos forzando la idea inicial hasta que tenemos que caer rendidos a las evidencias: estábamos tan desorientados como aquellos grandes sabios que pregonaban un mundo sostenido por tortugas. Pero pasemos a la segunda película. RAF es un relato testimonial sobre personajes históricos. En primera instancia pensamos que los jóvenes rebeldes están procediendo con la razón de su lado. Pero a poco, atentados y secuestros de por medio, vamos abandonando esta postura para caer en cuenta que sus antagonistas son las instituciones y los derechos humanos que pretendían defender. Y he aquí que, estando inspirada en hechos verídicos, la película no podría tener mejor punto de vista que el confuso y aparentemente anárquico del espectador imparcial que tal vez aguarda motivos para volcarse hacia los jóvenes y románticos terroristas o bien hacia las no tan jóvenes ni románticas fuerzas del orden. El espectador termina concluyendo que, en la realidad, no hay buenos ni malos: todos se consideran, y son, buenos.

Dario Lavia

Dedicado al Viejo Mundo, cuna de odios y comprensiones que algún día asimilaremos.



Notas
1: La broma consiste en fingir su propio suicidio por ahorcamiento... una broma macabra, por cierto.
2: Al decir del colega Cerone en una sustanciosa reseña que recomiendo leer.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Un Tiro en la Noche y Moon

THE MAN WHO SHOT LIBERTY VALANCE (Un Tiro en la Noche-1962) de John Ford
MOON (Moon-2009) de Duncan Jones



En el Lejano Oeste donde se cocinaría el estofado del siglo veinte –y como pinta, por tiempo indefinido- es donde transcurre nuestra primer historia.

El senador Stoddard (James Stewart)
y una diligencia: lo nuevo y lo viejo
Un pueblo alejado ya de aquellos tiempos en que la violencia signaba los cursos de las cosas y de las vidas (no como los tiempos que le sucedieron que ya se pasan de aburridos y previsibles), es visitado por un hijo pródigo, el senador Stoddard y su esposa. La visita responde al fallecimiento de un amigo de tiempos memorables.

Ante la insistencia de la prensa local, el senador rescatará del torpe olvido la memoria del amigo que estaban velando a quien –justo es decirlo- ese mismo pueblo le debía más que al propio George Washington: un hombre –por entonces- cincuentón, robusto, temible y respetable, algo torpe con las mujeres pero envidiable a la hora de los disparos; hablamos de Tom Doniphon.

En el principio... el novel abogado Stoddard sale hacia el oeste en pos del sueño americano. Lleva solo su traje y lo que le quepa en los bolsillos. A poco de iniciada su travesía, la diligencia es interceptada por un grupo de forajidos liderados por Liberty Valance.

La historia nos muestra que luego de un quijotesco altercado entre Stoddard y Valance, Stoddard quedaría como nuestro Amigo Manchego; herido... pero nunca muerto. Al llegar al pueblo, la joven posadera Hallie -futura señora Stoddard-, curaría sus dolencias dejando un cuerpo restablecido y un corazón derrumbado por la flecha embebida de nuestro querido Cupido.


Energía solar atrapada en rocas lunares. Helio 3, toda la energía necesaria para mantener en pie un planeta que ya daba muestras de cansancio.

Sam Bell, 3 años
de toda una vida
La base minera lunar Sarang cuenta con 4 cosechadoras de tremenda capacidad de trabajo y acopio. Cuenta también con un ordenador inteligente, Gerty, quien es cerebro y motor de la base y de las instalaciones y acompañante del único astronauta y ser humano a cargo, Sam Bell, 30 años, cuyo contrato estaba a solo dos semanas de perfeccionarse. Su regreso a Tierra era más que inminente.

Su comunicación con la empresa concesionaria así como con Tess, su bella esposa, estuvieron a lo largo de esos 3 años signadas por demoras debido a daños irreparables que sufriera la conexión Tierra / Luna que obligara a retransmitir los mensajes vía Júpiter. Mayúsculo problema, al que Sam terminaría por adaptarse no teniendo más remedio ni mejor decisión por tomar.

Además, en apenas dos semanas podría dar y recibir todos los mensajes en vivo y en directo sin limitación alguna más que las que imponga su propio deseo.

Junto con la excitación provocada por semejante cuadro, Sam comenzaba a dar muestras de agotamiento, agravadas por sangrados inexplicables, magulladuras y una absurda irritación impropia en quien está al volver luego de tan larga ausencia. Pero -a pesar de ser hombre observador y obsesivo- nada de esto alcanza para distraerlo. Su vuelta... lo demás son niñerías.

Con las horas se van sumando problemas estomacales, y una extraña aparición fantasmagórica que le ocasionara una grave quemadura en su mano derecha. Y así, sin razón aparente, Sam sería alcanzado por la fatalidad: pasando revista a las cosechadoras, volcará en su vehículo lunar, sufriendo agonía y muerte en la más absoluta soledad.


Liberty Valance, mucho más
que solo un tipo de cuidado
Pero Valance era hombre de aquerenciarse rápido, y ése pueblo en vías de prosperidad volvería a juntarlos. Solo que ahora, Stoddard luchaba por algo más que un sueño. Lo hacía por establecer el imperio del derecho y la justicia entre tanta violencia, inspirado y sostenido en su amor por Hallie.

Doniphon era de los últimos de aquella especie de seres que de haberse dedicado al mal hubieran dominado el mundo pero que gracias a Dios volcaran su talento a preservar los intereses de los más débiles y a hacer el bien.


Sam Bell despierta en la enfermería de la base. Amnésico, dolorido, y bajo la atenta mirada de Gerty quien lo recibe con la amabilidad de un amigo, instándole a guardar estricto reposo hasta reponerse de su accidente.

Pero Sam ya no es dócil, y al levantarse de la enfermería, presencia algo que lo turbaría: Gerty está hablando con base terrestre en directo. Turbado y todo, decide volver a su cuarto. Ahora. Sam da muestras de fotofobia.

Bastante más nervioso que lo acostumbrado, Sam responde bien a todos los tests de rehabilitación a que lo sometiera su amigo Gerty. El accidente pareciera que le sienta de maravillas. Ni magulladuras ni jaquecas: puro nervio, ansiedad... puro vigor. Pero un extraño sueño, sumado a una curiosa necesidad por reconocer el exterior, lleva a Sam a querer apurar los tiempos de su rehabilitación. Y tras un entuerto ocasionado por él mismo, Gerty accede, y Sam sube al vehículo muleto (el otro estaba destrozado junto a la cosechadora) y sale al espacio lunar exterior, a buscar... algo.

Parte en dirección a la cosechadora, encuentra el vehículo, traspone la escotilla y al entrar, encuentra atascado e inerte... un cuerpo: el suyo propio. Lo rescatará del montón de fierros y lo llevará consternado hacia la base.


Lo sorprendente es que Tom Doniphon de algún modo, logra captar en aquellos juegos afeminados que propone el derecho algo que puede llevar aún más lejos las cosas que la mera puja entre los más osados. Lo intuye, pero lo desdeña debido a que él también está prendado de los amores de Hallie... las grandes razones suelen ir de la mano de los pequeños egoísmos.


Ya en enfermería, un Sam amoratado y dañado desde donde se lo mire termina por despertar, para encontrar a su lado…a Sam.

Llega de tierra comunicación... para Sam. Es Tess, augurándole éxitos en su patriótica misión trienal. El amor acompañando la gesta. Sam era hombre a la medida de estas lides. Sam se emociona, mientras Sam se levanta de la camilla de la enfermería.

Y así, con Sam recuperado, será inevitable que ambos se crucen, así como que Gerty se vea sometido a preguntas de todo tipo.

El flamante Sam, es vital, nervioso, con rasgos de agresividad -siempre controlada- en su temperamento, y con poca motricidad fina, lo que le lleva a volcarse cosas o a mostrar torpeza en faenas sencillas. El otro, el veterano, lastimado desde donde se lo mire, da siempre muestras de complacencia, cediendo ante cualquier tipo de cuestiones, con extrema habilidad en el mundo del modelismo así como del cuidado de plantas. Se reconocen, se temen, no se hablan... pero el uno no puede explicarse ni someramente la realidad del otro. Se necesitan.

Doniphon y Stoddard son las dos caras de la moneda norteamericana. Valance es la tercera. El uno, representa la virilidad exigida por las circunstancias, el desprecio por lo material y por lo frívolo, un innato afán por proteger al débil y la picardía suficiente para sazonar un carácter torneado para dificultades extremas. El otro, es lo que “se debe ser”: es la imposición de lo conceptual por sobre la anarquía y amorfismo del presente. Es el ideal. Su carácter, menos seductor que el de Tom, no cede ni un centímetro en cuanto a respeto y hasta admiración. Y Valance es el obstáculo firme, que da terreno de preparación tanto para Leyes como para Hombres.

El Hombre, Luna, Tierra,
tres vértices de una celda
Las cosechadoras allá fuera siguen cosechando, pero Sam y Sam tienen las salidas clausuradas. No hay modo de evitarse.

El Sam vigoroso, ante un modesto peón del otro Sam, saca un alfil: “Hablar con un Clon me resulta traumático”. “Yo no soy un clon” responde Sam. “Tu eres el clon”, responde con un caballo. “OK. No eres un clon” retrocede el vigoroso, volviendo su alfil a posición inicial.

Gerty llama, hay mensaje de la Tierra. Avisan desde base que la nave de rescate se adelantó y que está al caer en unas pocas horas. “Gerty” pregunta sin tamizar Sam, el que se derrumba por dentro y está a horas de su viaje de regreso“¿Soy yo un clon?” “¿Tienes hambre?” responde Gerty, con su habitual cortesía.

Ya casi no quedan piezas por mover cuando el Sam bisoño termina por descubrir el mate... en tres jugadas.

Ambos... son clones; sólo que el viejo Sam –dolorosamente anoticiado- no quiere ni por asomo turbar su fantasía de “presto regreso a Tierra” con disquisiciones de índole filosóficas. Estamos realmente en presencia... de la cara oculta de la Luna.

Tres patas de una mesa.

La Violencia, que obliga a replantearse caminos elegidos, a estar alertas, a la búsqueda constante de alternativas y de involucrar a la gente.

El Derecho, regla humana pero alcanzable, fácil de defender pero difícil de imponer en ese estado de cosas y gentes... el único modo de generar algo parecido a la igualdad.

La Autoridad y su hijo el orden, madre e hijo sañudos y mañosos como la Violencia, que solo logran alcanzar imponerse en ciertos pueblos cuando el derecho y unos pocos seres se combinan, se entrelazan, de modo mágico... como un vals... o como hacer el amor.

A estos elementos podemos sumarle sin margen de equivocación todos los condimentos que Dios quiera aportarle para tornarlo más desafiante y atractivo: el azar o la buena o mala estrella, el amor impensado, la vida, la muerte.

El senador y la señora Stoddard volverán a Washington habiendo rendido sus honores al viejo amigo. Si uno es justo con todos ellos, también con Valance, no podrá negar la mano de Dios detrás de tantos asuntos... ”nunca duerme” al decir del Corán... ¡qué nervioso que debe de andar el Hombre!


Ambos Sam compartían mujer e hija, meros implantes de memoria del Sam Bell original. Pero ahora... ”ahora lo sabés”.

¿Qué ocurrirá cuando la nave de rescate llegue a la Luna? ¿Matarán a ambos clones y despertarán a un tercero libre de conflicto existencial alguno?

Gerty lo graba todo. Todo sirve. Por un capricho del absurdo recordamos a Aristóteles: “En cierto modo, todo lo que existe, se encuentra dentro del alma humana”.

(Dedicado a mi querido amigo Darío Lavia. Escrito en el mismo tren a Washington que lleva al senador Stoddard y señora).

Patricio Flores

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