lunes, 28 de diciembre de 2009

El Secreto de sus Ojos y El Nombre de la Rosa

EL SECRETO DE SUS OJOS (2009) de Juan José Campanella
DER NAME DER ROSE (El Nombre de la Rosa-1986) de Jean-Jacques Annaud

Un secreto, muchos ojos
La trama se inicia con una violación seguida de asesinato cuya aberrante escena es enviado a supervisar el empleado de juzgado Benjamin Espósito (Ricardo Darín). El desolado marido, Morales (Pablo Rago), es llamado a declarar y se siguen los procedimientos rutinarios hasta que otro funcionario judicial (Mariano Argento) aparece con el caso resuelto. Arresta a dos obreros bolivianos que, al estar trabajando en la cuadra, se convierten automáticamente en sospechosos. Una confesión firmada bajo tortura enfurece a Espósito que, escándalo mediante, se obsesiona con el caso poniéndose a indagar por su cuenta e involucrando a su compañero Sandoval (Guillermo Francella), un dipsómano que aporta una acertada pista en la búsqueda. Aparece en escena una nueva funcionaria jerárquica, la brillante Irene Menéndez Hastings (Soledad Villamil), por cuyo olfato femenino terminan atrapando al supuesto asesino, un antiguo vecino de la víctima llamado Gómez (Javier Godino). Hay cambios políticos en el país y se forma una célula clandestina parapolicial para reprimir al terrorismo que es apañada por sectores del poder ejecutivo. Gómez es un tipo ideal para responder este extraño llamado de la patria y, como consecuencia, sale por una amnistía política que, inexplicablemente, también libera asesinos... Como si esto fuera poco, la trama se inicia en los años '90 con el intento de un maduro Espósito de contar la historia a través de una novela y su reunión con Irene, su amor imposible. Ella le recomienda ponerse a escribir ya mismo y como resultado tenemos el extenso flashback que larga a mediados de los '70 y que refleja toda la trama salpimentada por algunos hechos luctuosos de la historia argentina.

Muchos nombres, una rosa
Italia, 1327: Dos monjes franciscanos cruzan el paisaje montañoso en medio de épocas medievales, de auténtico oscurantismo y extendida pobreza. El hermano William de Baskerville (Sean Connery) y el joven novicio Adso (Christian Slater) llegan a un monasterio benedictino donde tendrá lugar un interesante debate sobre si la Iglesia debe o no deshacerse de sus riquezas debido a que Cristo fue pobre. Acaba de fallecer un joven hermano, Adelmo de Otranto (Lars Bodin-Jorgensen), de gran recuerdo entre quienes lo trataron. El problema es que Adelmo ha sido llevado con Dios antes de tiempo, tal vez, por mano humana. El abad (Michel Lonsdale) sabe que William de Baskerville, un tipo agudo, es la persona indicada para indagar el asunto y establecer la auténtica causa de muerte, refutando así a varios hermanos que han comenzado a creer que una presencia sobrenatural vaga por el monasterio. ¿Fue caída, suicidio o asesinato? Para peor, Baskerville es puesto en un dilema ya que la otra alternativa de investigación es la no recomendable llamada a la Santa Inquisición. No hay tiempo de que nuestros protagonistas puedan sentar reales que el cadáver de otro monje es hallado en un chiquero de marranos. Mientras unos creen que se trata de la tercera trompeta que anuncia el Apocalipsis bíblico y que el Anticristo verá la luz en esa abadía, Baskerville comienza a sospechar que alguno de los libros secretos guardados en la amplísima biblioteca del monasterio tienen relación con las muertes. En eso llega el temido Bernardo Gui (F. Murray Abraham), Gran Inquisidor designado por el Papado, con toda intención de encontrar herejes y deshacerse de ellos de la manera más espectacular y pedagógica. Pero Baskerville tiene una opinión más racional, más aristotélica: "el paso entre la visión eclesiástica y el frenesí pecador es muy corto", recomienda a Adso y se pone manos a la obra, descubriendo irregularidades entre los hermanos fallecidos ("caricias antinaturales" como pago por el ingreso a la biblioteca secreta), la presencia de arsénico y un punto negro en los dedos de los cadáveres. Por su parte, a poco de investigar, Gui da con sus herejes: el hermano Remigio (Helmut Qualtinger), un jorobado (Ron Perlman) y una joven pastora (Valentina Vargas). ¿Podrá Baskerville salvar a estos inocentes y encontrar al verdadero responsable a tiempo, a pesar que el Abad ha desautorizado su investigación y que Gui corre con la ventaja de la infabilidad?

Enlace
Evidentemente esto de descubrir un asesinato no es cosa fácil, pero tampoco tan compleja como uno puede ver en series como CSI, BONES y DEXTER. Así como hay toda una ciencia de la deducción basada en lo racional y en la observación lógica, ¿podría existir un método no racional sobre el cual no solo deducir y sacar conclusiones sino de investigar y dar con el sospechoso? No podemos afirmar tanto pero, en cambio, sabemos que la literatura y el cine de origen anglosajón nos ha atiborrado de ejemplos en que a una investigación lógicamente planteada sucede un descubrimiento de asesinato, explicado de manera lógica, lúcida y verosimil. Sin embargo, otras letras, otras plumas y otras pantallas nos ofrecen otras recetas.

Recetas inverosímiles. Recetas que incluyen la indagatoria en un juzgado que termina con el sospechoso haciendo ostentación sexual frente a una magistrada y evidenciando así su culpabilidad (¡un hito en los anales de la jurisprudencia!). Pero esto no es más delirante que encontrar a un sospechoso que invita sugestivamente a Baskerville o a su pupilo a leer cierto libro que... ¡está envenenado!

Lugares inverosímiles. Lugares en los que puede darse que un asesino juzgado y convicto sea amnistiado por estar afiliado a un partido que necesita elementos como él para disponer de unos cuantos "subversivos que hay dando vueltas", por entonces, infiltrados en la sociedad. O que "sectas" dentro de la Iglesia (una definición un poco dura de las órdenes mencionadas) tengan la libertad de debatir sobre la pobreza del clero cuando nadie en el palacio papal estaría dispuesto por un minuto a aceptarlo ni siquiera a prueba.

Dos investigadores, dos culpables. La investigación de Romano es concluyente sobre la responsabilidad de dos obreros bolivianos (confesión vía tortura), y Espósito, inconforme con esta rápida solución, busca pistas por su cuenta hasta que da con el temible Gómez; lo mismo pasa con Baskerville que empieza investigando antes y debe apresurarse a concluir cuando su rival Gui da con sus tres culpables (confesión vía tortura).

La aguja en el pajar. Es la mejor definición del método que requiere seguir domingo a domingo la campaña del Racing Club de Avellaneda (la pobre campaña de 1975, quinto empezando de abajo) y tratar de individualizar al sospechoso en tribunas ocupadas por miles de adeptos a la "Academia". También es la tarea que afrontan Baskerville y Adso al tratar de ubicar el "libro asesino" en la pobladísima biblioteca de la abadía.

Erudición. Es la desplegada por el escribano Andretta, apasionado de Rácing Club que aporta la explicación de cada uno de los códigos desplegados por Gómez en sus famosas "cartas a su madre". También la despliega William de Baskerville al hablar del segundo libro de poesía de Aristóteles dedicado a la comedia, que pudo o no haber escrito, pero que sirve como trampa para Jorge de Burgos, el bibliotecario ciego de la abadía.

Deducción a través de aseveraciones. Morales afirmó tan categóricamente "¿qué gano metiéndole yo cuatro tiros?" al asesino, que Espósito terminó por convencerse de que no había podido terminar el asunto metiéndole, justamente, cuatro tiros -aunque lo lógico fuera lo contrario: que Gómez ya estaba muerto 25 años atrás. Pero Baskerville también deduce y de su observación concluye que el asesino odia la risa, por que "la risa mata el miedo... y sin miedo no puede haber fe. Sin miedo al diablo... no hay más necesidad de Dios".


¿Cuál era el nombre de la rosa? Nadie parece saberlo, así como tampoco nadie se atreve a asegurar de qué ojos es el secreto (¡aunque hay cada teórico!). Con lo cual, concluyamos con Borges (inspirador de Eco y villano de la obra) que en las letras de su nombre ("Rosa") está la Rosa.

Nos despedimos con una sentencia de Barkerville (tal vez ancestro de un futuro amigo de Sherlock Holmes):

Cuán pacífica sería la vida sin amor, Adso. Cuán segura... cuán tranquila... y cuán aburrida. (William de Baskerville)

Darío Lavia

Dedicado a Eco y Campanella

Sin notas al pie

martes, 15 de diciembre de 2009

El Hombre Murciélago y Sherlock Holmes

THE BATMAN (El Hombre Murciélago-1943) de Lambert Hillyer
SHERLOCK HOLMES (2010) de Guy Ritchie


Batman cranea en la
Bati-Cueva (Lewis Wilson)
"¡Larguémonos, es Batman!"
En plena II Guerra Mundial, un villano japonés, el Dr. Daka (J. Carrol Naish), inventa un dispositivo que puede convertir a los seres humanos en zombies. El Dúo Dinámico, Batman (Lewis Wilson) y Robin (Douglas Croft), luchan episodio tras episodio para desbaratar esta temible ofensiva. Fueron 15 episodios, pero si quieren una dosis de algunos para ir entrando en calor, aquí va:
1- THE ELECTRICAL BRAIN (El Cerebro Electrónico): El tío Martin (Gus Glassmire) sale de la prisión luego de cumplir una condena por desfalco de la que era inocente y es recogido por un trío de facinerosos. Tío Martin es conducido ante el pérfido Tito Daka, un príncipe oriental que se propone instaurar un "Nuevo Orden" en América. Como Tío Martin se niega a cooperar, Daka lo convierte en zombie. Determinado a robar el radio que guarda la Fundación de Ciudad Gótica, Batman tratan de impedirlo, pero sus secuaces lo arrojan al vacío desde una azotea. ¿Será su efímero final?
2- THE BAT'S CAVE (La Cueva del Murciélago): Batman secuestra a un secuaz (Stanley Price) y lo interroga horrorosamente en la Baticueva. En tanto Linda (Shirley Patterson), la prometida de Bruce, es secuestrada por esbirros de Daka y Batman y Robin van en su rescate pero son atrapados en un incendio. ¿Se calcinarán por salvar a Linda?
10- FLYING SPIES (Espías Voladores): Tras haber perdido varios hombres, Daka necesita reclutar nuevos rufianes. Bruce vuelve a hacerse pasar por rufián y logra llegar a un hotel donde tendrá lugar su ingreso a la banda. El próximo golpe será derribar un avión que transporta radio y Bruce sabotea el intento, pero... como Batman.


Lord Blackwood (Mark Strong)
insinúa a Sherlock (Robert Downey Jr.)
"Elemental, Holmes"
Sherlock (Robert Downey Jr.) y Watson (Jude Law) realizan un operativo policial y detienen al místico Lord Blackwood (Mark Strong, un actor que por su aspecto físico era perfecto para el personaje de Holmes) a punto de propiciar un sacrificio humano en honor a divinidades abismales de quien sabe qué escalafones infernales. Arrestado, es velozmente condenado a la horca en tanto que Sherlock se sume en la depresión de la inactividad hasta que su colega viene a buscarlo para llevarlo a la penitenciaria: Blackwood exige, como última voluntad, entrevistarse con Sherlock a solas (siempre bajo las normas de seguridad del presidio). En sus palabras, por supuesto, le da la clave del caso que durante dos horas de metraje lo sacará de su agobiante estado. Tras la ejecución, Watson certifica el cadáver pero no pasa mucho hasta que comienzan a aparecer nuevas víctimas con la firma de Blackwood. Es más, su cripta es demolida y su "cadáver" desaparece. Hay unos aristócratas masones que están muy preocupados, uno de los cuales (James Fox) sería el padre de Blackwood. Hay misteriosas apariciones y trucos que desafían las leyes naturales. ¿Se está llevando a cabo una intervención infernal? ¿Volvió realmente Blackwood de la muerte?


Un hampón (Stanley Price) es
interrogado por Batman y Robin
Enlace
Bienvenidos al mundo del "eterno retorno" y del - como diría Holmes [1] - "no hay nada nuevo bajo el sol". En plenos años '40 del XX, y en los victorianos años '90 del XIX, dos varones se dedican a entorpecer los caminos de cierto personaje aristocrático con torvas ambiciones de subyugar a los Estados Unidos, reclutando para ello a un grupo de brillantes miembros de la sociedad y teniendo como as en la manga un arma letal adelantada a su tiempo. Dejaríamos exhaustos al lector (y a nosotros mismos) si nos dedicásemos a enumerar el resto de las conexiones entre las tramas de los dos títulos presentados esta noche. Por eso, nos dedicaremos, esperemos que con buena fortuna, a enlazar el simpático serial encapotado de los '40 y el reciente opus de la filmografía sherlockiana.

Lo más interesante de ambas películas es, creemos, la relación de admiración y camaradería entre los dos protagonistas [2], llámese Batman y Robin o Holmes y Watson, y los lazos de ellos con la Mujer. En el primer caso es entre Bruce Wayne y su prometida, Linda Page; en el segundo, con la brillante Irene Adler y, en menor medida, la prometida de Watson. No estaríamos descubriendo nada nuevo diciendo que la mujer utiliza elementos de juicio a veces opuestos al del varón. Pero es que ambas películas nos muestran, a su manera, los contrastes entre el género masculino y femenino. No se trata de oponer el carácter eminentemente deductivo de Batman o de Holmes y el inductivo de Linda Page o la Adler, sino de apreciar algunas tendencias o conceptos que representan al género mismo.


Sherlock y Watson
(Jude Law)
La resolución de un problema - que de eso se trata Batman y Sherlock Holmes - puede afrontarse de un sinfín de maneras. En dípticos previos observamos el vicio humano (o virtud, como ud. prefiera) de percibir la realidad en forma simétrica. Por eso, ni Batman ni Holmes pueden concebir un mundo delictivo que no tenga móviles, incidentes disuasorios o causas previas a sus consecuencias. Aquello que no encaja no los desespera ya que tarde o temprano, termina encajando, simétricamente, en su modelo de universo. Sus rivales, tanto el príncipe Daka como Lord Blackwood, son pares y eso explica que sus intentos sean simétricos (y finalmente deductibles). Si Linda Page encarase la resolución del secuestro de su Tío Martin utilizando todo su pragmatismo femenino, la película no duraría ni media hora... lo que no implica ninguna desventaja de la mujer sino, como dijimos antes, un contraste que nos hace justipreciar a aquella criatura sin la cual el varón no podría vivir.

Linda Page
(Shirley Patterson)


Irene Adler
(Rachel McAdams)


Darío Lavia

Dedicado a Japón y a Gran Bretaña, por sus sendos y pintorescos intentos de conquistar Estados Unidos con métodos pueriles y de ciencia-loca.



Notas:
1 - O como diría Eclesiastés 1:9
2 - Que nada tiene de la pretendida homosexualidad propugnada por comentaristas revisionistas que a- exagerando en su intento, pasan del "revisionismo" a la "revisionopatía" o b- tratan de ver en los personajes aquello que no se animan a ver en si mismos.

domingo, 29 de noviembre de 2009

A Merced del Odio y RAF: Facción del Ejército Rojo

THE NANNY (A Merced del Odio-1965) de Seth Holt
DER BAADER MEINHOF KOMPLEX (RAF: Facción del Ejército Rojo-2009) de Uli Edel

La Niñera (Bette Davis) y el joven Joey (William Dix), una pugna de odios bien fundamentados
Niño y niñera a merced del odio
Un matrimonio discute. El marido (James Villiers) pretende que su esposa lo acompañe pero ésta (Wendy Craig) no puede parar de llorar ante la perspectiva de ir a buscar a su propio hijo a una escuela especial donde ha estado internado durante 2 años, después de negarse a comer y dormir en su propia casa. Finalmente, alegando una terrible jaqueca, envía en su lugar a la Niñera (la excelsa Bette Davis). Al llegar al instituto el padre es recibido por una autoridad (Maurice Denham, en uno de sus típicos roles de médico) que le explica varios de los problemas del niño. Su discurso es levemente inquietante: "un adulto que se crea Buffalo Bill está demente, pero solemos tomarlo con naturalidad cuando es un niño". Y tanto hablar del niño, que finalmente aparece... pero gastando una morbosa broma a una anciana cuidadora del lugar (1). Un niño de 10 años, Joey... un demonio de 10 años (magistralmente encarnado por el precoz William Dix). El cruce de miradas entre Joey y la Niñera es esclarecedor. Hay odio. Odio profundo, enraizado en cada célula del infante. De parte de la Niñera hay comprensión y tolerancia. Joey regresa a casa y comienza a manifestar las mismas perturbaciones que antaño. Es caprichoso, exige cambiar de dormitorio, se niega a comer nada cocinado por la Niñera, contesta a sus mayores... La gran oportunidad para hacer de las suyas surge con el repentino viaje del padre, que debe estar fuera durante dos días (el padre es mensajero de la Reina). Y no habrá respiro para la madre de Joey, que con cada infernal travesura de su hijo sufre un ataque de depresión.


Ambos contendientes se estudian y están listo para la acción: la policía vs. jóvenes e inocentes manifestantes
Niños y sistema a merced del odio
A fines de los años '60, la periodista Ulrike Meinhof (Martina Gedeck) publica una declaración por los Derechos Humanos ante la inminente visita del Shá de Persia. Un grupo de manifestantes trata de hacerse escuchar, pero son reprimidos por fuerzas adictas al gobierno iraní en connivencia con la policía. Consecuencia de los graves incidentes es el asesinato impune de un manifestante, que es un eslabón más en los complicados hechos de violencia que se vivían por esa época en todo el mundo. Dos activistas entran en escena: Gudrun Ensslin (Johanna Wokalek) y su amante, Andreas Baader (Moritz Bleibtreu), tipo de armas tomar que funda una agrupación denominada "RAF" (Facción del Ejército Rojo) con la que se propone demostrar a la opinión pública del peligro del Imperialismo Americano como nuevo fascismo. El primer golpe es un incendio en un shopping que termina con dicha pareja apresada y llevada a juicio. Aparece en escena el activista Rudi Dutschke (Sebastian Blomberg), que dirige un mitín universitario en contra de la intervención americana en Vietnam en que se viva el nombre del líder vietnamita Hồ Chí Minh. Diversos hechos y personajes discurren con el correr del tiempo, de los meses, de los años: Dutschke sufre un atentado por parte de un joven derechista que es baleado por las fuerzas policiales. Meinhof y Ensslin se conocen y conspiran para sacar a Baader de la prisión, ingresando en la clandestinidad. Los revolucionarios deciden cambiar su objetivo y en vez de oponerse a las injusticias del orbe, se vuelven contra el gobierno alemán como principal enemigo. Persiguiendo este blanco, viajan a Jordania donde ingresan en un campamento de adiestramiento para terroristas en que oficiales árabes imparten técnicas militares. De regreso en Alemania comienzan a llamar la atención nacional al robar bancos para obtener fondos con que financiar sus ataques a embajadas y cuarteles militares de la OTAN. En este punto, el director de la policía (Bruno Ganz) comienza a prestar atención a los jóvenes iracundos y, a diferencia de otros funcionarios, decide estudiar profundamente sus perfiles y comprender sus pregones, bajo la premisa de que para vencer al monstruo hay que entenderlo.

¿Oculta esta imagen angélico-maternal un ser enfermizo?Ud. es la opinión pública
Ante el simple acto de proyectar una ficción cualquier director, sea un artesano de clase Z o un gran maestro de la historia del cine, nos invita a identificarnos con uno o varios personajes. De lograrlo, el director se asegurará que nosotros, espectadores, nos involucraremos con la trama de la película, evitando caer en el principal pecado que es aburrir [2]. Generalmente, no siempre, realizamos un juicio de valores y con el correr de los minutos, definimos mentalmente quien es el bueno y quien el malo, con lo que dejamos zanjado el asunto de identificación con un personaje. Más allá de cuestiones como "antihéroes" o "antagonistas", que dejaremos para otros dípticos, en líneas generales diremos que percibimos las historias segmentando entre buenos y malos, tal y como los guionistas esbozan sus argumentos. No sé si sea una virtud o un problema, si una visión idealizada o un defecto en la interpretación de los estímulos, lo cierto es que es algo tan humano como el dormir, soñar y despertar.

¡Vinimos a protestar contra el Shá y mire como nos reprimen! (la policía, como de costumbre, dando material de propaganda a futuros terroristas)Enlace
El guionista de A Merced del Odio, Freddie Francis, juega hábilmente con la cognición del espectador, ofreciéndonos una trama en que apostamos ciegamente por la inocencia de un personaje y por la culpabilidad del otro. Un tipo de espectador puede considerar que el niño era un diablo y que la niñera una persona de bien pero, por la misma arbitrariedad, espíritus más rebeldes interpreten lo opuesto. Cuando nuestra percepción va revelándose errada, seguimos forzando la idea inicial hasta que tenemos que caer rendidos a las evidencias: estábamos tan desorientados como aquellos grandes sabios que pregonaban un mundo sostenido por tortugas. Pero pasemos a la segunda película. RAF es un relato testimonial sobre personajes históricos. En primera instancia pensamos que los jóvenes rebeldes están procediendo con la razón de su lado. Pero a poco, atentados y secuestros de por medio, vamos abandonando esta postura para caer en cuenta que sus antagonistas son las instituciones y los derechos humanos que pretendían defender. Y he aquí que, estando inspirada en hechos verídicos, la película no podría tener mejor punto de vista que el confuso y aparentemente anárquico del espectador imparcial que tal vez aguarda motivos para volcarse hacia los jóvenes y románticos terroristas o bien hacia las no tan jóvenes ni románticas fuerzas del orden. El espectador termina concluyendo que, en la realidad, no hay buenos ni malos: todos se consideran, y son, buenos.

Dario Lavia

Dedicado al Viejo Mundo, cuna de odios y comprensiones que algún día asimilaremos.



Notas
1: La broma consiste en fingir su propio suicidio por ahorcamiento... una broma macabra, por cierto.
2: Al decir del colega Cerone en una sustanciosa reseña que recomiendo leer.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Un Tiro en la Noche y Moon

THE MAN WHO SHOT LIBERTY VALANCE (Un Tiro en la Noche-1962) de John Ford
MOON (Moon-2009) de Duncan Jones



En el Lejano Oeste donde se cocinaría el estofado del siglo veinte –y como pinta, por tiempo indefinido- es donde transcurre nuestra primer historia.

El senador Stoddard (James Stewart)
y una diligencia: lo nuevo y lo viejo
Un pueblo alejado ya de aquellos tiempos en que la violencia signaba los cursos de las cosas y de las vidas (no como los tiempos que le sucedieron que ya se pasan de aburridos y previsibles), es visitado por un hijo pródigo, el senador Stoddard y su esposa. La visita responde al fallecimiento de un amigo de tiempos memorables.

Ante la insistencia de la prensa local, el senador rescatará del torpe olvido la memoria del amigo que estaban velando a quien –justo es decirlo- ese mismo pueblo le debía más que al propio George Washington: un hombre –por entonces- cincuentón, robusto, temible y respetable, algo torpe con las mujeres pero envidiable a la hora de los disparos; hablamos de Tom Doniphon.

En el principio... el novel abogado Stoddard sale hacia el oeste en pos del sueño americano. Lleva solo su traje y lo que le quepa en los bolsillos. A poco de iniciada su travesía, la diligencia es interceptada por un grupo de forajidos liderados por Liberty Valance.

La historia nos muestra que luego de un quijotesco altercado entre Stoddard y Valance, Stoddard quedaría como nuestro Amigo Manchego; herido... pero nunca muerto. Al llegar al pueblo, la joven posadera Hallie -futura señora Stoddard-, curaría sus dolencias dejando un cuerpo restablecido y un corazón derrumbado por la flecha embebida de nuestro querido Cupido.


Energía solar atrapada en rocas lunares. Helio 3, toda la energía necesaria para mantener en pie un planeta que ya daba muestras de cansancio.

Sam Bell, 3 años
de toda una vida
La base minera lunar Sarang cuenta con 4 cosechadoras de tremenda capacidad de trabajo y acopio. Cuenta también con un ordenador inteligente, Gerty, quien es cerebro y motor de la base y de las instalaciones y acompañante del único astronauta y ser humano a cargo, Sam Bell, 30 años, cuyo contrato estaba a solo dos semanas de perfeccionarse. Su regreso a Tierra era más que inminente.

Su comunicación con la empresa concesionaria así como con Tess, su bella esposa, estuvieron a lo largo de esos 3 años signadas por demoras debido a daños irreparables que sufriera la conexión Tierra / Luna que obligara a retransmitir los mensajes vía Júpiter. Mayúsculo problema, al que Sam terminaría por adaptarse no teniendo más remedio ni mejor decisión por tomar.

Además, en apenas dos semanas podría dar y recibir todos los mensajes en vivo y en directo sin limitación alguna más que las que imponga su propio deseo.

Junto con la excitación provocada por semejante cuadro, Sam comenzaba a dar muestras de agotamiento, agravadas por sangrados inexplicables, magulladuras y una absurda irritación impropia en quien está al volver luego de tan larga ausencia. Pero -a pesar de ser hombre observador y obsesivo- nada de esto alcanza para distraerlo. Su vuelta... lo demás son niñerías.

Con las horas se van sumando problemas estomacales, y una extraña aparición fantasmagórica que le ocasionara una grave quemadura en su mano derecha. Y así, sin razón aparente, Sam sería alcanzado por la fatalidad: pasando revista a las cosechadoras, volcará en su vehículo lunar, sufriendo agonía y muerte en la más absoluta soledad.


Liberty Valance, mucho más
que solo un tipo de cuidado
Pero Valance era hombre de aquerenciarse rápido, y ése pueblo en vías de prosperidad volvería a juntarlos. Solo que ahora, Stoddard luchaba por algo más que un sueño. Lo hacía por establecer el imperio del derecho y la justicia entre tanta violencia, inspirado y sostenido en su amor por Hallie.

Doniphon era de los últimos de aquella especie de seres que de haberse dedicado al mal hubieran dominado el mundo pero que gracias a Dios volcaran su talento a preservar los intereses de los más débiles y a hacer el bien.


Sam Bell despierta en la enfermería de la base. Amnésico, dolorido, y bajo la atenta mirada de Gerty quien lo recibe con la amabilidad de un amigo, instándole a guardar estricto reposo hasta reponerse de su accidente.

Pero Sam ya no es dócil, y al levantarse de la enfermería, presencia algo que lo turbaría: Gerty está hablando con base terrestre en directo. Turbado y todo, decide volver a su cuarto. Ahora. Sam da muestras de fotofobia.

Bastante más nervioso que lo acostumbrado, Sam responde bien a todos los tests de rehabilitación a que lo sometiera su amigo Gerty. El accidente pareciera que le sienta de maravillas. Ni magulladuras ni jaquecas: puro nervio, ansiedad... puro vigor. Pero un extraño sueño, sumado a una curiosa necesidad por reconocer el exterior, lleva a Sam a querer apurar los tiempos de su rehabilitación. Y tras un entuerto ocasionado por él mismo, Gerty accede, y Sam sube al vehículo muleto (el otro estaba destrozado junto a la cosechadora) y sale al espacio lunar exterior, a buscar... algo.

Parte en dirección a la cosechadora, encuentra el vehículo, traspone la escotilla y al entrar, encuentra atascado e inerte... un cuerpo: el suyo propio. Lo rescatará del montón de fierros y lo llevará consternado hacia la base.


Lo sorprendente es que Tom Doniphon de algún modo, logra captar en aquellos juegos afeminados que propone el derecho algo que puede llevar aún más lejos las cosas que la mera puja entre los más osados. Lo intuye, pero lo desdeña debido a que él también está prendado de los amores de Hallie... las grandes razones suelen ir de la mano de los pequeños egoísmos.


Ya en enfermería, un Sam amoratado y dañado desde donde se lo mire termina por despertar, para encontrar a su lado…a Sam.

Llega de tierra comunicación... para Sam. Es Tess, augurándole éxitos en su patriótica misión trienal. El amor acompañando la gesta. Sam era hombre a la medida de estas lides. Sam se emociona, mientras Sam se levanta de la camilla de la enfermería.

Y así, con Sam recuperado, será inevitable que ambos se crucen, así como que Gerty se vea sometido a preguntas de todo tipo.

El flamante Sam, es vital, nervioso, con rasgos de agresividad -siempre controlada- en su temperamento, y con poca motricidad fina, lo que le lleva a volcarse cosas o a mostrar torpeza en faenas sencillas. El otro, el veterano, lastimado desde donde se lo mire, da siempre muestras de complacencia, cediendo ante cualquier tipo de cuestiones, con extrema habilidad en el mundo del modelismo así como del cuidado de plantas. Se reconocen, se temen, no se hablan... pero el uno no puede explicarse ni someramente la realidad del otro. Se necesitan.

Doniphon y Stoddard son las dos caras de la moneda norteamericana. Valance es la tercera. El uno, representa la virilidad exigida por las circunstancias, el desprecio por lo material y por lo frívolo, un innato afán por proteger al débil y la picardía suficiente para sazonar un carácter torneado para dificultades extremas. El otro, es lo que “se debe ser”: es la imposición de lo conceptual por sobre la anarquía y amorfismo del presente. Es el ideal. Su carácter, menos seductor que el de Tom, no cede ni un centímetro en cuanto a respeto y hasta admiración. Y Valance es el obstáculo firme, que da terreno de preparación tanto para Leyes como para Hombres.

El Hombre, Luna, Tierra,
tres vértices de una celda
Las cosechadoras allá fuera siguen cosechando, pero Sam y Sam tienen las salidas clausuradas. No hay modo de evitarse.

El Sam vigoroso, ante un modesto peón del otro Sam, saca un alfil: “Hablar con un Clon me resulta traumático”. “Yo no soy un clon” responde Sam. “Tu eres el clon”, responde con un caballo. “OK. No eres un clon” retrocede el vigoroso, volviendo su alfil a posición inicial.

Gerty llama, hay mensaje de la Tierra. Avisan desde base que la nave de rescate se adelantó y que está al caer en unas pocas horas. “Gerty” pregunta sin tamizar Sam, el que se derrumba por dentro y está a horas de su viaje de regreso“¿Soy yo un clon?” “¿Tienes hambre?” responde Gerty, con su habitual cortesía.

Ya casi no quedan piezas por mover cuando el Sam bisoño termina por descubrir el mate... en tres jugadas.

Ambos... son clones; sólo que el viejo Sam –dolorosamente anoticiado- no quiere ni por asomo turbar su fantasía de “presto regreso a Tierra” con disquisiciones de índole filosóficas. Estamos realmente en presencia... de la cara oculta de la Luna.

Tres patas de una mesa.

La Violencia, que obliga a replantearse caminos elegidos, a estar alertas, a la búsqueda constante de alternativas y de involucrar a la gente.

El Derecho, regla humana pero alcanzable, fácil de defender pero difícil de imponer en ese estado de cosas y gentes... el único modo de generar algo parecido a la igualdad.

La Autoridad y su hijo el orden, madre e hijo sañudos y mañosos como la Violencia, que solo logran alcanzar imponerse en ciertos pueblos cuando el derecho y unos pocos seres se combinan, se entrelazan, de modo mágico... como un vals... o como hacer el amor.

A estos elementos podemos sumarle sin margen de equivocación todos los condimentos que Dios quiera aportarle para tornarlo más desafiante y atractivo: el azar o la buena o mala estrella, el amor impensado, la vida, la muerte.

El senador y la señora Stoddard volverán a Washington habiendo rendido sus honores al viejo amigo. Si uno es justo con todos ellos, también con Valance, no podrá negar la mano de Dios detrás de tantos asuntos... ”nunca duerme” al decir del Corán... ¡qué nervioso que debe de andar el Hombre!


Ambos Sam compartían mujer e hija, meros implantes de memoria del Sam Bell original. Pero ahora... ”ahora lo sabés”.

¿Qué ocurrirá cuando la nave de rescate llegue a la Luna? ¿Matarán a ambos clones y despertarán a un tercero libre de conflicto existencial alguno?

Gerty lo graba todo. Todo sirve. Por un capricho del absurdo recordamos a Aristóteles: “En cierto modo, todo lo que existe, se encuentra dentro del alma humana”.

(Dedicado a mi querido amigo Darío Lavia. Escrito en el mismo tren a Washington que lleva al senador Stoddard y señora).

Patricio Flores

jueves, 29 de octubre de 2009

El Gabinete del Dr. Calegari y Matrix

DAS CABINET DES DR. CALIGARI (El Gabinete del Dr. Calegari-1920) de Robert Wiene
THE MATRIX (Matrix-1999) de The Wachowski Brothers


Francis (Friedrich Feher) nos relata una historia, de como él y su amigo Alan (Hans Von Twardowsky) visitan la feria donde una de las principales atracciones es Cesare (Conrad Veidt), un hombre que ha estado dormido durante 25 años. Cesare es exhibido en el Gabinete del Dr. Caligari (Werner Krauss), como un sonámbulo que manifiesta poderes de profecía. Alan pregunta cuánto va a vivir y Cesare responde que "hasta el alba". Por la noche, Caligari es quien ordena a su durmiente matar a Alan, aunque termina iniciando una serie de crímenes. Cesare intenta secuestrar a la bella Jane (Lil Dagover), así que Francis se propone desenmascarar al falso pregonero, descubriéndolo como director de un asilo para dementes. Caligari, obsesionado por demostrar si los sonámbulos son capaces de matar, también tiene como pacientes a Francis, Jane y también Cesare... ¿o esa es la ilusión que nos crea este mago de la fascinación macabra?


Thomas Anderson (Keanu Reeves), un pirata informático de poca monta, se dedica de día a tareas de programación comunes y corrientes. Pero por la noche, bajo el pseudónimo de "Neo", se convierte en un hacker de cuidado. Thomas se ve enfrentado a una cadena de extraños sucesos y a una legendario hacker que se hace llamar "Morpheus" (Larry Fishburne). Debido a que Morpheus está en la lista de terroristas buscados por el FBI, las fuerzas del orden, lideradas por un misterioso "hombre de negro" (Hugo Weaving), van en busca de Thomas. Trinity (Carrie-Anne Moss), una extraña emisaria, contacta a Thomas y lo conduce con el mismísimo Morpheus, que le incita a "despertar de su sueño", ofreciéndole una píldora roja. Pero para el caso que prefiera abstraerse de ese delicado compromiso, le da una píldora azul, que le hará olvidar el trance y despertar pensando que todo ha sido un sueño. Tras cavilar, el protagonista ingiere la píldora roja... para despertar al "mundo real", una matriz de embriones en que cada persona está inmóvil y reducida a un estado básico de denigrante esclavitud. Esta será una auténtica revelación para Thomas, que lo decidirá a tomar la identidad de "Neo" para asumir la liberación del ser humano de ese horrorosa sistema y cumplir profecías de un oscuro pasado.

Enlace
Imagínese que determinados fragmentos de la realidad fueran un mero velo tras el cual se enmarca algo distinto, completamente desconocido, opuesto a lo que el sentido nos permite percibir, algo de lo que esa realidad fuera menos que una ilusión. Esta idea, que ha dado pie a refranes como "las apariencias engañan", es hoy tan corriente que ante una imagen dudosa, se hace simple deducir lo oculto por mera oposición. De esta manera, si una hilera de libros se ve muy uniforme y prolija, es probable que detrás oculte un compartimento secreto y que ni siquiera sean libros; un cuadro rectangular ocultará una caja fuerte rectangular; un bastón tendrá en su interior una cuchilla de tamaño inferior a la longitud del bastón.

La auténtica sorpresa que aportan nuestras películas seleccionadas, tanto el clásico del cine de 1920 que figura en todo libro de historia que se precie como el moderno film de culto de 1999 con el que pareció haberse introducido el famoso "cyberpunk" en el 7mo. Arte, es la delimitación de la ilusión que engaña los sentidos, el perímetro de esa apariencia y la naturaleza de lo que está oculto detrás.

En principio, Francis enmascara la gélida realidad del asilo en que está internado como una ciudad completa, con sus casas geométricamente distorsionadas y sus muebles abombados. Esa "ficción" en que vive está delimitada por el nosocomio en que reside, pero esto sólo lo percibimos al finalizar la película. El mismo problema, pero exáctamente opuesto, es el que sufre Neo, viviendo una ficción onírica creada para ocultar por una realidad que es el equivalente fantástico de la ficción de Caligari, un mundo de seres humanos dormidos y quirúrgicamente enquistados de tubos, que viven para alimentar a las máquinas que dominan la matriz. De esta manera, realidad-ficción, sanidad-locura, conformismo-rebeldía y vigilia-sueño son magnitudes de significación clara pero dificultosa identificación y complejo mensuramiento [1].

Darío Lavia

Notas



1- Con lo cual, ¡puta que vale la pena seguir sorprendiéndose...!

sábado, 3 de octubre de 2009

Las Alas del Deseo y Cabeza Borradora

Mil mundos conviven dentro de cada ser

WINGS OF DESIRE (1987) Win Wenders
Uno, indivisible, es la niñez. Los otros mundos serán tan variables, ricos y cambiantes como lo sea en esencia su Portador. La gravidez y ese natural afán por superarnos y por superar, serán dos punzantes fiscales que entren y salgan libremente de entre estas esferas sin permiso alguno.

Pero siempre estamos comprometidos, incluso aún a nuestras espaldas, con ciertas realidades dominantes enraizadas a lo telúrico. Podríamos no dormir por dos noches seguidas pero es todo el desafío posible. Hambre, pulsiones de todo orden, muerte. De aquí surgen todo un espectro de imágenes y necesidades que se nos imponen y que son ineludibles.

Mundos que conviven y confrontan. Y mientras esto sucede, se despliega nuestra más íntima esencia. Al distante discernimiento se le opone el rigor de los hechos. Siempre es así.

Ahora, cuando el peso en los elementos de esta relación se invierta, los ángeles... querrán ser humanos.

Damiel y Cassiel son dos ángeles que ahora conversan. Ambos viven en Berlín –su lugar en este mundo- desde el inicio de todos los tiempos cuando la vida salía a los saltos desde el agua.

Damiel le habla de la tremenda fuerza que él presiente conllevan el “aquí y el ahora”. La vida humana, por limitaciones que ofrezca a simple vista, pareciera ser el único modo de apreciar la intensidad que provoca un roce, un beso, mojarse, un buen café.

Los pueblos primitivos que todavía existen nos demuestran el equívoco de otorgar al pensamiento humano primordial lo que llamamos “conceptos simples”: lo primitivo es generalmente lo menos simple. Así con la niñez. “Las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas y es cansador para los niños tener que darles siempre y siempre explicaciones”. Así es, Principito.

Vemos en una biblioteca decenas de ángeles que acompañan susurrantes e inspiradores a personas de toda edad que van en búsqueda de saber, de comprender. Damiel se concentra en un lápiz, lo toma, lo estudia y lo desea. “Para vivir solo basta una mirada”. Esa mirada se posará en un circo que se cierra y en una trapecista desempleada y sin casa.

“Solo los caminos romanos llevan a alguna parte. Solo los caminos antiguos”. Al ras y a pie. Y claro es: “siempre es cuestión de caminar lo suficiente”. Así es, Gato sonriente.

ERASERHEAD(1977) David Lynch
Una ciudad devastada. Allá vemos a Henry, un linotipista, caminando hacia su hogar refugio. Justo enfrente a su departamento vive “Ella”, una espléndida y sensual vecina. Pero Henry ya tiene novia: Mary.

Henry al igual que como actuamos casi todos los mortales, rehuirá de “Ella” para refugiarse en Mary. Pero esto no le asegurará gran cosa. Y así un buen día Mary será mamá. El nuevo miembro de la familia será un bebé mutante, y madre y bebé se mudarán al refugio de Henry.

Henry, agobiado, logra concentrarse y encontrar un hueco entre los barrotes de su estufa radiador. Por ahí pasarán cosas. Descubrirá a “la mujer del radiador” quien mata sin culpas las larvas de niños mutantes que le caen desde el techo del proscenio en donde actúa, canta y mora.

Ahora sí; Henry ya tiene todo lo que necesita para abstraerse a sus anchas. Pero el bebé llora demasiado, y Mary decide darle a Henry toda una lección práctica de la vida: se fue cansada de no poder dormir como ella merece.

Henry ahora divide su atención entre el trabajo, la estufa, y el pequeño mutante quien a poco de sanado de una extraña afección, da muestras de un sarcasmo impropio de los bebés humanos.

“La vida es una herida absurda” (Cátulo Castillo y Aníbal Carmelo Troilo)
Por si en el escenario de la realidad le faltara algo a nuestro amigo, la vecina decide dar pasos en concreto. Entrará al departamento refugio y se amarán, con un ojo puesto en los sexos y el otro en el mutante. Ninguna mujer podría aceptar a un hombre con semejante rémora y rápidamente lo abandonará por un viejito reverdecido y con dinero –otra lección práctica de la vida-.

Henry desbordado, es humillado por la socarronería del bebé. Y lo mata sin más. Y se queda con la mujer del radiador para iniciar una vida venturosa sin tanto agobio. Pero- por un accidente de esos que pasan, Henry pierde la cabeza…para ser más claros, se le cae la cabeza del tronco. Un niño la encontrará en la calle y se la llevará para venderla al único lugar posible: una fábrica de lápices. Con los sesos de Henry se fabricarán las gomas de borrar que acompañan a ciertos lápices que usted y yo conocemos. Pero... ¡no! Todo esto era una pesadilla, y Henry despierta ya sin novia ni bebé y con la cabeza coronando sus hombros y el tronco de su existencia.

Enlace
Es interesante notar que cuando el presente se vuelve agobiante, pasado y futuro dejan de ser canteras y empiezan a ser camastros. Para Damiel, un café, un cigarrillo, la sangre, el amor, el sexo; lo telúrico, lo primitivo en el hombre, se volvía lo único que lo podría justificar. Lo que a Henry le generaba hastío, Damiel lo buscaba hasta la desesperación.

Su contemplación distante y certera, su sutil voz acompañando a sufrientes y niños ya no lo satisfacía. Quería tocarlos, fumar un cigarrillo junto a ellos, no “inspirarlos” sino amarlos, tenerlos.

Encontró a su amada trapecista y estrechamente unidos iniciarán un derrotero digno de un Odiseo. Como su vida o la mía lo son: una Gesta.

Henry anhela vivir sin sufrir. No recibe ayuda, solo recibe cargas. Nunca hubo dioses que se apiaden de tales seres (Henry ni lo intuye ni lo sabe). Matará al bebé como alguna vez Clemence matará al gato de su marido: para comprobar funestamente que a falta de gatos aparecen las liebres [*]

Lo cercano lo asfixia, lo abruma. Su novia estaba bien para él, pero vivir a su lado no era lo mismo que visitarla algunas noches. La distancia pone claridad, es lo deseable, es la clave. La distancia de Damiel y el agobio de Henry. Artemisa o Atenea: no se puede tener dos mujeres ni dos diosas bajo el mismo techo. Es demasiado para los hombres y para los ángeles.

Patricio Flores

NOTA: LE CHAT filme de Pierre Granier-Deferre.

La yapa

Recita Rubén Blades en su “Todo es según el color”

Todo es según el color
Del cristal con que se mira
Unos tienen dinero a montón
Y otros solo dolor en la vida

Cuando es noche allá en el Japón
Por acá todavía es de día
Cortado del mismo pan
el pan que aquel no comía
Es el mismo pan que el de atrás recogía

En la vida encuentro tipos que creen que todo lo saben
Y no encuentran cerradura
En donde poner su llave


Recita Ovidio en su “Metamorfosis” en el capítulo “Los orígenes del mundo” lo siguiente:
“Ningún Titán proporcionaba luces al mundo…y así como es cierto que allí había tierra, mar y aire, de igual modo la tierra no era fija, las aguas no eran navegables, el aire desprovisto de luz: para nadie permanecía su propia figura y los unos obstaculizaban a los otros, porque en un solo cuerpo la frialdad luchaba con el calor, la humedad con lo seco, las cosas blandas con las duras, las que tenían peso con las que carecían de él”.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Morir Matando y Enemigo Público Nº 1

LE DOULOS (Esp: El Confidente/Arg: Morir Matando-1962) de Jean-Pierre Melville
THE WHOLE TOWN'S TALKING (Esp: Pasaporte a la Fama/Arg: Enemigo Público Nº 1-1935) de John Ford

Serge Reggiani, en aprietosPor una confusión, preso
Un criminal (Serge Reggiani) que mata a su compinche (René Lefèvre) porque este lo miró torcido, es injustamente encarcelado por el robo de joyas de la calle Mozart. Un "confidente" o soplón de la policía (Jean-Paul Belmondo) indaga con sus conocimientos del hampa, urdiendo el asesinato de dos "reductores" (Michel Piccoli y Jacques De Leon), en cuyo poder planea que se encuentren las joyas. En tanto el inspector de turno (Jean Desailly) rápidamente pone en jaque al confidente en pos de acelerar los tiempos y resolver el caso (una constante del cine de Melville es la premisa de que la policía inicia sus pesquisas a través de la figura del soplón). En la prisión, el criminal, convencido de que el soplón lo entregó, promete el botín a un pesado (Carl Studer) con la condición que liquide al supuesto traidor. Ya en libertad, se convence de su equivocación y corre para evitar que el sicario cumpla su contrato.

Por otra confusión, preso
El tímido empleaducho Arthur Ferguson Jones (Edward G. Robinson), de desempeño ejemplar durante años, está por obtener un aumento de sueldo, sino fuera porque acaba de llegar tarde por primera vez en su vida. En tanto el temible "Killer" Mannion (nuevamente Robinson) es tapa de los diarios debido a su espectacular fuga del presidio. La joven Clark (excepcional Jean Arthur), compañera de trabajo de Jones, nota el parecido y comienza a hacer chistes al respecto. El chiste pasará a ser una terrible realidad, cuando Jones es arrestado por la policía que lo confunde con el gángster prófugo. En la jefatura Jones sufre toda clase de atropellos, interrogatorios y vapuleos, hasta que es su propio jefe de planta (Etienne Girardot) que aclara su identidad. Se plantea entonces el interrogante de como dejar en libertad a Jones y evitar que vuelva a caer preso víctima de una nueva confusión. Al Fiscal (Arthur Byron) se le ocurre la idea de darle un pasaporte personal que le permita aclarar su identidad ante potenciales requerimientos de las autoridades. Al regresar a casa esa noche se topa (¿con quién otro?) con el inquietante Killer Mannion, que lo espera para obtener ese pasaporte y poder salir por las noches para realizar algunos "trabajitos".


Suspiren chicas, suspiren. Jean-Paul Belmondo...
Enlace
Desde ya que enlazar dos policiales, uno serio y otro cómico, que comparten similitudes no tiene mayor mérito. Cualquier orangután podría plantear que en ambas películas hay criminales que van a prisión por causas menores al principial delito cometido. Sin embargo, optamos por enlazar estos dos filmes por la constante que ofrecen que es, según el dicho de un amigo, la siguiente: "llueve sopa y tengo un tenedor". Y veamos algunos ejemplos extraídos de las respectivas tramas que sufren no solo los protagonistas sino los personajes secundarios:
- Belmondo, compinche de Reggiani, coopera para que éste asalte una casa junto a su secuaz. El asalto sale mal y la policía está esperando a los delincuentes. A pesar que la sospecha recae en Belmondo, quien delató ese golpe habría sido la novia de Reggiani.
- Una vez que Reggiani, se convence de que Belmondo no lo ha traicionado, trata de llegar a la casa de éste para avisarle al hampón que no lo mate. Ni bien abre la puerta, recibe un disparo fulminante.
Blue Washington, portero del banco,
y Edward G. Robinson como Arthur Ferguson Jones
- El dueño de la compañía donde trabaja Robinson ordena subirle el sueldo al empleado que no tenga una sola falta o llegada tarde, así como también ordena despedir al próximo que entre después de horario. Ese mismo día, Robinson se queda dormido y llega tarde, haciéndose merecedor del aumento, pero siendo este inválido en el caso de ser despedido.
- Atrayendo la atención de la prensa, un periódico otorga una columna para que Robinson escriba su visión del caso de Killer Mannion. Víctima del manejo editorial, se imprimen cosas como "Mannion falsa alarma", y "es un cobarde que solo tiene valor con un arma en mano". Al llegar ese día a su casa el que se pone a leer interesado el periódico es el temible Killer Mannion.
Bueno, sin ser exaustivos creemos que la idea se entiende. Los personajes proponen alternativas y planes, habiéndose preparado para una o dos contingencias, la suerte les opone una situación completamente opuesta a lo deseado o previsto. Cualquiera que tenga una vida concluirá que es lo que también sucede en la vida real y que el arte consiste en resolver los obstáculos de la manera más satisfactoria en el menor plazo, teniendo como premisa que un problema que no tiene solución no es un problema. Estoy de acuerdo, pero permítaseme agregar que este tipo de enredos solo pueden surgir de la mente retorcida de guionistas como, en el caso de las dos películas previas, Jean-Pierre Melville y Elisabeth Rappeneau o Robert Riskin y Jo Swerling, respectivamente. Ahora bien, ¿quién guionará estos enredos tan cinematográficos en la vida real?

Darío Lavia

Dedicado a la beldad de Jean Arthur

martes, 15 de septiembre de 2009

Viaje al Congo y Disparando a Perros

VOYAGE AU CONGO (Viaje al Congo-1927) de Marc Allegret
BEYOND THE GATES (Disparando a Perros-2007) de Michael Caton-Jones

Danza y costumbres
Un escritor (André Gide) y un joven cineasta (Marc Allegret) viajan al África Ecuatorial Francesa con el objeto de realizar un documental que tenga un enfoque diferente al llamado cine de "travelogues" que fue moneda corriente durante el cine mudo y hasta entrados los años '30. Tras un largo viaje en vapor y algunos trayectos ferroviarios, no han pasado más de 5 minutos de metraje que se nos presentan en pantalla unas exuberantes negras con sus senos al aire. No sólo es la prueba de fuego para los degustadores del cine de "valijeros", sino el prólogo de lo que vendrá en el resto del metraje, primero con la visita a los Daptkas, una amistosa tribu que nos hace partícipe de sus pintorescas costumbres rítmicas. Luego que los exploradores remontan el río Bangui hasta el límite de la practicabilidad fluvial, inician una caminata que les permitirá tomar contacto con cinco interesantes tribus. Primero aparecen los Bayas, tribu primitiva de mujeres que cultivan la mandioca; la visita a los Saras nos ofrecen unas festividades multitudinarias con torneos de "cachascán" y otras atracciones además de mostrarnos detalladamente como es el cortejo y la petición de la mano de una doncella por parte de un mancebo. Antes de despedirnos de los Massas, una de las escenas más espectaculares de la película nos muestra como los nativos arrastran a un hipopótamo muerto a la orilla. La siguiente tribu es la de los Massas, agricultores y pastores, con sus extrañas viviendas y sus coloridos bailes; luego vienen los Mundangos, con danzas religiosas y simbólicas que requieren toda una comparsa para realizarse y finalmente los Foulbés, cuyas aldeas están divididas en sultanatos y son musulmanes. La despedida es rápida, pero antes de regresar a Europa, pasamos por una misión protestante en la que unas niñas (vestidas con atuendos occidentales) pasean durante el recreo. De esta manera, los realizadores consiguen ofrecer contrastes sociales y religiosos que chocan contra la identificación que alcanzamos tras más de una hora de estar entre nativos animistas.

Genocidio y masacre
Joe (Hugh Dancy), un joven profesor británico, trabaja en la Escuela Técnica Oficial de Kigali, Rwanda, establecimiento de enseñanza que también funciona como campo de deportes y como templo para que su director, el padre Christopher (John Hurt) oficie misa todos los días. Debido a la crisis social y política entre las dos clases sociales dominantes de bantúes (hutus y tutsis), una unidad de Cascos Azules de la ONU, bajo el mando del Capt. Delon (Dominique Horwitz), está estacionado en el lugar con la misión de observar la paz y el permiso para abrir fuego solamente en caso de ser atacados. Primero como rumores y un enrarecimiento del ambiente y haciéndose tangible poco a poco, se inicia la famosa masacre de tutsis a manos de los hutus. Tras conocerse la noticia que el avión del presidente del país ha sido derribado y el gobierno derrocado, un contingente de tutsis ingresa en la escuela como refugiados. Fuera de sus rejas, tierra de nadie, se opera una matanza metódica y sistemática, en la que los hutus, armados con lo que sea, atacan y asesinan a todo tutsi que atrapan. En las calles hay grupos paramilitares que, mientras se embriagan, detienen automóviles en busca de tutsis refugiados. Una pareja de reporteros gráficos de la BBC ingresa en la escuela. ¿Servirá ese testimonio audiovisual para concientizar a naciones civilizadas y que se autorice la intervención armada de las fuerzas de paz de la ONU?

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Después de viajar por el armonioso Congo de 1927 pasamos al complejo panorama de Rwanda de 1994. Ambos son salvajes, aunque el salvajismo de entonces colonia francesa contrasta con el de la antigua colonia belga. A esta altura, el lector se podrá dar cuenta que para el enlace de esta noche apuntaremos dos o tres cuestiones respecto del colonialismo, el que ya hemos hecho referencia en algún díptico anterior. Muchos estudiosos están de acuerdo en que el colonialismo que sufrió África durante siglos aplacó sensiblemente odios raciales y sociales entre tribus o pueblos vecinos. En algunos casos la sistemática emancipación de sus naciones hizo revivir estas diferencias y eso se tradujo a la larga, en constantes masacres, movimientos guerrilleros, persecuciones religiosas, dictadores crueles que son derribados por otros más sanguinarios y climas de inestabilidad permanente que provocaron importantes flujos de emigración.

Occidente (principalmente Europa) ha llevado a cabo un colonialismo salvaje en África, drenándola de material humano y materias primas. Un método de interacción diferente y, creemos, más humanitario, se intentó a través de la religión, las misiones sanitarias y educativas. Sin embargo Viaje al Congo nos muestra a los nativos musulmanes de la tribu Foulbé obligados a caminar posternados como señal de sumisión al sultán local y Shooting Dogs nos ofrece la decepción del sacerdote, que luego de 30 años de inculcar la moral católica, ha conseguido convertir a los tutsis en ovejas de un rebaño que se ofrecen pasivamente al degüello de los matarifes hutu.

De esta manera, nos parece justo ofrecer como enlace este nuevo y nocivo efecto causado por las bienintencionadas intervenciones foráneas en África, especialmente aquellas que tratan de "civilizar" al negro, entendiendo como civilización tanto la concepción occidental o bien la de los musulmanes con sus vicios fundamentalistas. En la práctica, ninguna de las dos parece tener muchos puntos en común con la africana propiamente dicha.

Darío Lavia

Dedicado a John Hurt

domingo, 30 de agosto de 2009

Pink Floyd - The Wall y Doce Hombres en Pugna

“En algún recodo de tu encierro puede haber una luz, una hendidura. El camino es fatal, como las flechas. Pero en las grietas está Dios, que acecha” (1)

Pink Floyd The Wall (1981) de Alan Parker
Pink es un joven y aclamado artista de rock enmarañado en cuestiones existenciales. Busca evadirse, volverse feto, niño, refugiarse en el útero materno. Pero mientras camina en su viaje hacia el centro de la vida, imágenes de una niñez ya olvidadas le hacen ver que las cosas no eran mejores antes. Intuye que tampoco nunca lo serán. No halla sosiego en su niñez, niñez signada por la prematura muerte de su padre durante la segunda guerra así como por una madre asfixiante y sumida en depresión. Pero no es todo. La frazada que debería cobijarlo y ocultarlo por completo a lo largo de su regresión, está roída, apolillada. Y por entre los agujeros, se cuela la presencia de sus fans, la estúpida e irritante mueca de su representante, y todos y cada uno de los rostros de la violencia... violencia Siglo XX, violencia de soldados que se ocultan en trincheras fuera de los hogares y dentro de los televisores; violencia de maestros, de padres y de niños... Pero sigue retrocediendo. Hace rato que dejó atrás su casamiento, escala obligada en el camino de la vida... ya pasó por la escuela, y ya se ve a si mismo bebé. Falta cada vez menos.

Nota con asombro que a lo largo y al costado del camino subyace un elemento otrora indiferente más ahora constituido en un verdadero interrogante: un muro. Un interminable e inexpugnable muro de ladrillos de piedra. Al tomar conciencia, no podrá evitar el agobio que éste muro le provoca. Podrá vadearlo –piensa nuestro amigo- solo retrocediendo hasta el mismo día de su construcción. Descubrirá para su desconsuelo que este Muro puede adoptar formas diversas. Puede ser tal como se lo vé, o puede cerrarse mágicamente a modo de una bacinica con él mismo en el fondo, y dejarlo rápidamente sometido y a expensas de una terrorífica vagina gigante.

Pink seguirá insistiendo y retrocediendo hasta llegar al origen de todo, al “hombre pupa”. Cuando la pupa se abra, Pink será un dictador.

12 Angry Men (Doce Hombres en Pugna-1957) de Sidney Lumet
Un hombre acaba de ser muerto a puñaladas aparentemente por la mano de su hijo. La historia nos lleva al juzgado y a la voz del juez advirtiendo al jurado acerca de la importancia de hallar consenso y unanimidad en un veredicto que puede conllevar un destino fatal. O sea, la historia nos obliga a reconstruir un juicio que jamás veremos sino solo a través de las deliberaciones de los doce miembros que componen el jurado. Todo parece indicar que estamos ante un caso de rencilla doméstica y muerte. Pero un hombre, el jurado nº 8, piensa que al menos por una cuestión simple de conciencia, deberían exponer el caso entre ellos una vez más para ver si en el repaso podrá elucidarse el asunto de otro modo o al menos encontrarse una duda razonable que exima al joven de expiar la vida de su padre con la suya propia.

Y lo que empezó siendo un mero ejercicio de responsabilidad cívica, terminará haciendo ver a todos cuan distintos pueden ser algunos asuntos de lo que dictan las apariencias; cuan insensatos –y peligrosos- suelen ser los juicios de valor cuando no se los exponen a discusión; y cuan desaprensivos son los hombres por naturaleza. El jurado terminará absolviendo al joven: “revisionar” es un bello ornamento de la madurez.

Enlace
Alguna vez afirmamos desde el corifeo, que “toda tragedia se resume a uno solo”. La historia de Pink es fiel reflejo de una serie de acontecimientos que signaran oportunamente a toda una generación. Cada generación tiene sus propios monstruos así como sus propios ideales. Cada uno libra sus propias batallas dentro de su propia guerra. El monstruo –el de afuera y el de adentro- vive mutando, se alimenta de cambios. “Es” los cambios. Queremos asirlo, definirlo, encuadrarlo y dominarlo. No podemos. No sabemos cual es su naturaleza. Nunca lo sabremos. Así también con la religión, las ciencias, el mar, el hombre mismo. “Reconocernos” en lo que somos hoy y ahora es un simplismo y tiene sus consecuencias. El no contemplar la inexorabilidad del cambio suele transformarnos en seres predecibles, ocres, obtusos, poca cosa. No somos una foto; somos una larga novela. No es extraño que estos temas generen zozobra en ciertas almas. Sabemos que cambiamos. Es suficiente.


En el escenario de Pink conviven representaciones contradictorias, deseos prohibidos, sentimientos tan ambivalentes como sádicos, o dicho de otro modo, este Pink era todo un “ser humano”. El asunto (la experiencia siempre es una diosa amiga) es que la salida del agobio, el sol, está ahí, a la mano, siempre. Un muro podrá obstruirnos su visión, pero es todo lo que puede hacer. Para algunos es demasiado.
A veces este sol es comparable a la aceptación sin más de nosotros por nosotros mismos.

El anónimo joven (¿parricida?) probablemente no tendría semejantes disquisiciones. Su modesta condición social, el clima de riñas permanentes tanto en el barrio como con su propio padre, quizás le negara algo de eso llamado “introspección”. No lo sabemos. Pero en un final a todo o nada, entendía perfectamente cual era su situación, los lazos débiles que lo mantenían con vida, y su dependencia de la buena conciencia de un grupo de perfectos desconocidos -que, de no ser por el jurado nº8, lo hubieran condenado sin mayores remordimientos-. Sentía la sedosidad y levedad del hilo del que pende toda una vida, la suya propia. No es poca cosa.

Todos somos humanos (2). A veces, ciertas instancias de nuestras vidas referentes a salud, trabajo, desarrollo profesional, penden de la capacidad de observación de los otros, de sus necesidades, de “qué tanto se involucren”, aún de sus caprichos o medianías. Pink buscaba ayuda desesperadamente, pero solo encontraba caos. Su vida no significaba nada para él, y hacía rato le era indiferente también a su entorno. Siempre apoltronado en un sillón de hotel, Pink vivía como aguardando una sentencia inexorable. Y llegó nomás, condenándolo a mudar de personalidad, adoptando una nueva, aparentemente invulnerable. Tan invulnerable como el Muro. O como el Destino.

Patricio Flores, un servidor

En el estribo: La vida bien podría ser un largo juicio, donde aportamos elementos que nos absuelvan o condenen.



Notas
1) “Para una versión del “I King””, de Jorge Luis Borges

El porvenir es tan irrevocable
como el rígido ayer. No hay una cosa
que no sea una letra silenciosa
de la eterna escritura indescifrable
cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja
de su casa ya ha vuelto. Nuestra vida
es la senda futura y recorrida.
Nada nos dice adiós. Nada nos deja.
No te rindas. La ergástula es oscura,
la firme trama es de incesante hierro,
pero en algún recodo de tu encierro
puede haber un descuido, una hendidura.
El camino es fatal como la flecha
pero en las grietas está Dios, que acecha.

2) Extracto del inmortal brindis que ofrece Alfredo en honor a la bella Vittoria en “La Traviata” de Giuseppe Verdi. Son las palabras de Vittoria que, en cierto modo, se sitúan del otro lado del teclado de lo que acabamos de leer de don Jorge Luis.

“Tutto è follia nel mondo
Ciò che non è piacer.
Godiam, fugace e rapido
È il gaudio dell'amore;
È un fior che nasce e muore,
Nè più si può goder”.

“todo en el mundo es locura
salvo el placer.
Alegrémonos
en lo efímero y fugaz
Del amor.
que es una flor que nace y muere
y no siempre se podrá disfrutar”.

Amén.

viernes, 14 de agosto de 2009

Paisa y Gomorra

PAISÀ (Paisa-1946) Roberto Rossellini
GOMORRA (Gomorra-2008) Matteo Garrone

La tragedia de un país
- Episodio I: En Sicilia, durante el desembarco aliado, una joven (Carmela Sazio) guía a los soldados americanos y se queda con uno de ellos (Robert Van Loon). Una bala alemana alcanza al soldado y la chica adopta una trágica decisión.

- Episodio II: En Nápoles el pequeño sciuscià Pasquale (Alfonsino) limpia las botas a un soldado negro (Dots Johnson). En un descuido, el chico huye con las botas y el soldado lo persigue, llegando a un vecindario carenciado que le provoca un golpe de sorpresa.
- Episodio III: En Roma, la prostituta Francesca (Maria Michi) cuida a un soldado ebrio (Gar Moore) mientras queda de manifiesto la flagrante realidad del mercado negro y la denigración humana.
- Episodio IV: En Florencia la joven enfermera Harriet (Harriet White) indaga el paradero de su enamorado, un partisano de nombre Lupo. Pero se encuentra con un camarada malherido (Renzo Avanzo), que le revela trágicas noticias.
- Episodio V: En la Romaña tres capellanes americanos (William Tubbs, Elmer Feldman y Newell Jones) llegan a un convento donde solicitan cobijo a cambio de chocolates y conservas. Una insólita situación se da cuando los monjes descubren que uno de los capellanes es judío y el otro protestante.
- Episodio VI: En la desembocadura del Po, unos partisanos junto a un agente americano del OSS (Dale Edmonds) tratan de rescatar a unos aviadores ingleses derribados. Pero una patrulla alemana los descubre y hace que una operación que debía ser rutinaria se transforma en una carnicería.

Siglo nuevo, tragedia nueva
- Historia de TOTÒ: Un joven repartidor de mandados de 13 años, Totò (Salvatore Abruzzese), cumple algunos favores a los maleantes locales, así que se hace merecedor a un "ritual de iniciación", paso previo a serle asignados sus primeros "mandados" delictivos.
- Historia de DON CIRO: Don Ciro (Gianfelice Imparato) es otro repartidor, pero no de mandados, sino de "pensiones", es decir, dinero con que los líderes mafiosos indemnizan a sus integrantes jubilados o a las familias de los miembros arrestados. Su conflicto surge cuando es apresado por dos desertores del clan y tiene que ofrecer sus servicios para salvar el pellejo.
- Historia de FRANCO y ROBERTO: Roberto (Carmine Paternoster) es un joven profesional que es tomado como ayudante por Franco (Toni Servillo), que se dedica al negocio de los desperdicios tóxicos. A medida que aprende como es su trabajo, va conociendo los millonarios beneficios que reporta el disponer de los deshechos industriales de las empresas.
- Historia de PASQUALE: Un sastre (Salvatore Cantalupo), cansado de la explotación que significa trabajar para su jefe, toma un empleo nocturno para una textil de chinos que le ofrecen más dinero, pero para lo cual debe ir oculto en la cajuela de un automóvil. El ingreso extra no se compara con la vendetta que sobreviene cuando su nueva actividad es descubierta.

- Historia de MARCO Y CIRO: Marco (Marco Macor) y Ciro (Ciro Petrone) son dos jóvenes rebeldes, que juegan con fuego al tratar de labrarse un nombre ante los patriarcas de la mafia. Primero sustraen droga a unos narcotraficantes africanos y luego roban un cargamento de armas de fuego, llamando la atención de los zares del crimen, pero no para bien sino para quitarse de encima a semejantes inadaptados.

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Suena lógico que el cine italiano, teniendo el precedente del gran Boccaccio, haya optado por describir la tragedia de su país a través del cuento, así como Inglaterra - con su Chaucer - ofreció sus horrores a través de compilaciones de relatos fílmicos que hoy gozan de gran aceptación entre los aficionados. En primer lugar, Roberto Rossellini trató de plasmar un collage de cuentos no relacionadas entre si [1] que fueran cubriendo el arduo y doloroso período conocido como la "Liberación", es decir, la expulsión del otrora aliado teutón. Del Sur al Norte, Paisa representó no solo un crudo testimonio del paso de la guerra por suelo italiano sino también una piedra fundacional del neorrealismo junto con su precedente ROMA, CITTA APERTA (Roma, Ciudad Abierta-1945), que tal vez el camarada Flores se digne algún día en ofrecer en claro díptico con alguna pieza de cine oriental o incluso un western.

Gomorra, en pleno siglo XXI, con computadoras, derechos humanos por doquier y una Europa occidental libre de guerras, nos ofrece una digna conclusión para el enlace que tenemos pensado ofrecer al caro lector. Los hechos plasmados por el director Matteo Garrone, tomados de la novela homónima de Roberto Saviano [2] que detalla las reglas, leyes y negociados del mundo del hampa napolitano, nos presentan a la tenebrosa "Camorra" como un país dentro de otro, no fuera sino a la sombra del sistema legal italiano. Un submundo con su propio sistema de circulación de dinero que también interactúa económicamente con el exterior y en forma totalmente legal (o al menos, no ilegal). Semejante visión, que contrasta penosamente con la del felm de Rossellini, nos aturde y nos abre un mar de preguntas. ¿Necesita una nación de la figura de la guerra, una causa, una injusticia generalizada, para encontrar el camino a la unidad, al equilibrio, a la dignidad? ¿Es el mundo del crimen la otra cara de la sociedad organizada, o es la consecuencia de la ausencia de guerras [3] y conflictos que hagan peligrar el estado y la paz interior? ¿Hasta que punto los países latinoamericanos tenemos nuestras propias "Gomorras" que, entre otras cosas, posibilitan que gire el círculo económico y que haya un poco para todos? ¿Cuán discutibles son estas preguntas?

Darío Lavia

Dedicado a Matías Marini, cuya página ud. puede visitar haciendo un click en el enlace correspondiente a su derecha nomás.



Notas:
1: Entre los autores de las historias destacamos a los futuros directores Federico Fellini, Marcello Pagliero también guionistas) y al escritor Vasco Pratolini.
2: La novela provocó convulsión en el mundo literario, pero también significó un cambio radical en la vida de su joven autor, Roberto Saviano quien, a partir de su publicación en 2006, ya no pudo vivir sin escolta permanente debido a las continuas amenazas por parte de los zares del crimen que se vieron mortificados tal vez no tanto por el periodista que profanó sus secretos sino más que nada por el éxito mundial del asunto.
3: Siempre en el papel de "mala de la película", hasta ahora la Guerra ha venido perdiendo adeptos y periodicidad en las últimas décadas. Las consecuencias económicas, sociales y, especialmente, humanas, aún no están del todo claras. Mucho podría decirse del efecto benévolo de las Guerras para el desarrollo humano, aunque no hay muchos capacitados para decirlo de manera lúcida.

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