lunes, 28 de diciembre de 2009

El Secreto de sus Ojos y El Nombre de la Rosa

EL SECRETO DE SUS OJOS (2009) de Juan José Campanella
DER NAME DER ROSE (El Nombre de la Rosa-1986) de Jean-Jacques Annaud

Un secreto, muchos ojos
La trama se inicia con una violación seguida de asesinato cuya aberrante escena es enviado a supervisar el empleado de juzgado Benjamin Espósito (Ricardo Darín). El desolado marido, Morales (Pablo Rago), es llamado a declarar y se siguen los procedimientos rutinarios hasta que otro funcionario judicial (Mariano Argento) aparece con el caso resuelto. Arresta a dos obreros bolivianos que, al estar trabajando en la cuadra, se convierten automáticamente en sospechosos. Una confesión firmada bajo tortura enfurece a Espósito que, escándalo mediante, se obsesiona con el caso poniéndose a indagar por su cuenta e involucrando a su compañero Sandoval (Guillermo Francella), un dipsómano que aporta una acertada pista en la búsqueda. Aparece en escena una nueva funcionaria jerárquica, la brillante Irene Menéndez Hastings (Soledad Villamil), por cuyo olfato femenino terminan atrapando al supuesto asesino, un antiguo vecino de la víctima llamado Gómez (Javier Godino). Hay cambios políticos en el país y se forma una célula clandestina parapolicial para reprimir al terrorismo que es apañada por sectores del poder ejecutivo. Gómez es un tipo ideal para responder este extraño llamado de la patria y, como consecuencia, sale por una amnistía política que, inexplicablemente, también libera asesinos... Como si esto fuera poco, la trama se inicia en los años '90 con el intento de un maduro Espósito de contar la historia a través de una novela y su reunión con Irene, su amor imposible. Ella le recomienda ponerse a escribir ya mismo y como resultado tenemos el extenso flashback que larga a mediados de los '70 y que refleja toda la trama salpimentada por algunos hechos luctuosos de la historia argentina.

Muchos nombres, una rosa
Italia, 1327: Dos monjes franciscanos cruzan el paisaje montañoso en medio de épocas medievales, de auténtico oscurantismo y extendida pobreza. El hermano William de Baskerville (Sean Connery) y el joven novicio Adso (Christian Slater) llegan a un monasterio benedictino donde tendrá lugar un interesante debate sobre si la Iglesia debe o no deshacerse de sus riquezas debido a que Cristo fue pobre. Acaba de fallecer un joven hermano, Adelmo de Otranto (Lars Bodin-Jorgensen), de gran recuerdo entre quienes lo trataron. El problema es que Adelmo ha sido llevado con Dios antes de tiempo, tal vez, por mano humana. El abad (Michel Lonsdale) sabe que William de Baskerville, un tipo agudo, es la persona indicada para indagar el asunto y establecer la auténtica causa de muerte, refutando así a varios hermanos que han comenzado a creer que una presencia sobrenatural vaga por el monasterio. ¿Fue caída, suicidio o asesinato? Para peor, Baskerville es puesto en un dilema ya que la otra alternativa de investigación es la no recomendable llamada a la Santa Inquisición. No hay tiempo de que nuestros protagonistas puedan sentar reales que el cadáver de otro monje es hallado en un chiquero de marranos. Mientras unos creen que se trata de la tercera trompeta que anuncia el Apocalipsis bíblico y que el Anticristo verá la luz en esa abadía, Baskerville comienza a sospechar que alguno de los libros secretos guardados en la amplísima biblioteca del monasterio tienen relación con las muertes. En eso llega el temido Bernardo Gui (F. Murray Abraham), Gran Inquisidor designado por el Papado, con toda intención de encontrar herejes y deshacerse de ellos de la manera más espectacular y pedagógica. Pero Baskerville tiene una opinión más racional, más aristotélica: "el paso entre la visión eclesiástica y el frenesí pecador es muy corto", recomienda a Adso y se pone manos a la obra, descubriendo irregularidades entre los hermanos fallecidos ("caricias antinaturales" como pago por el ingreso a la biblioteca secreta), la presencia de arsénico y un punto negro en los dedos de los cadáveres. Por su parte, a poco de investigar, Gui da con sus herejes: el hermano Remigio (Helmut Qualtinger), un jorobado (Ron Perlman) y una joven pastora (Valentina Vargas). ¿Podrá Baskerville salvar a estos inocentes y encontrar al verdadero responsable a tiempo, a pesar que el Abad ha desautorizado su investigación y que Gui corre con la ventaja de la infabilidad?

Enlace
Evidentemente esto de descubrir un asesinato no es cosa fácil, pero tampoco tan compleja como uno puede ver en series como CSI, BONES y DEXTER. Así como hay toda una ciencia de la deducción basada en lo racional y en la observación lógica, ¿podría existir un método no racional sobre el cual no solo deducir y sacar conclusiones sino de investigar y dar con el sospechoso? No podemos afirmar tanto pero, en cambio, sabemos que la literatura y el cine de origen anglosajón nos ha atiborrado de ejemplos en que a una investigación lógicamente planteada sucede un descubrimiento de asesinato, explicado de manera lógica, lúcida y verosimil. Sin embargo, otras letras, otras plumas y otras pantallas nos ofrecen otras recetas.

Recetas inverosímiles. Recetas que incluyen la indagatoria en un juzgado que termina con el sospechoso haciendo ostentación sexual frente a una magistrada y evidenciando así su culpabilidad (¡un hito en los anales de la jurisprudencia!). Pero esto no es más delirante que encontrar a un sospechoso que invita sugestivamente a Baskerville o a su pupilo a leer cierto libro que... ¡está envenenado!

Lugares inverosímiles. Lugares en los que puede darse que un asesino juzgado y convicto sea amnistiado por estar afiliado a un partido que necesita elementos como él para disponer de unos cuantos "subversivos que hay dando vueltas", por entonces, infiltrados en la sociedad. O que "sectas" dentro de la Iglesia (una definición un poco dura de las órdenes mencionadas) tengan la libertad de debatir sobre la pobreza del clero cuando nadie en el palacio papal estaría dispuesto por un minuto a aceptarlo ni siquiera a prueba.

Dos investigadores, dos culpables. La investigación de Romano es concluyente sobre la responsabilidad de dos obreros bolivianos (confesión vía tortura), y Espósito, inconforme con esta rápida solución, busca pistas por su cuenta hasta que da con el temible Gómez; lo mismo pasa con Baskerville que empieza investigando antes y debe apresurarse a concluir cuando su rival Gui da con sus tres culpables (confesión vía tortura).

La aguja en el pajar. Es la mejor definición del método que requiere seguir domingo a domingo la campaña del Racing Club de Avellaneda (la pobre campaña de 1975, quinto empezando de abajo) y tratar de individualizar al sospechoso en tribunas ocupadas por miles de adeptos a la "Academia". También es la tarea que afrontan Baskerville y Adso al tratar de ubicar el "libro asesino" en la pobladísima biblioteca de la abadía.

Erudición. Es la desplegada por el escribano Andretta, apasionado de Rácing Club que aporta la explicación de cada uno de los códigos desplegados por Gómez en sus famosas "cartas a su madre". También la despliega William de Baskerville al hablar del segundo libro de poesía de Aristóteles dedicado a la comedia, que pudo o no haber escrito, pero que sirve como trampa para Jorge de Burgos, el bibliotecario ciego de la abadía.

Deducción a través de aseveraciones. Morales afirmó tan categóricamente "¿qué gano metiéndole yo cuatro tiros?" al asesino, que Espósito terminó por convencerse de que no había podido terminar el asunto metiéndole, justamente, cuatro tiros -aunque lo lógico fuera lo contrario: que Gómez ya estaba muerto 25 años atrás. Pero Baskerville también deduce y de su observación concluye que el asesino odia la risa, por que "la risa mata el miedo... y sin miedo no puede haber fe. Sin miedo al diablo... no hay más necesidad de Dios".


¿Cuál era el nombre de la rosa? Nadie parece saberlo, así como tampoco nadie se atreve a asegurar de qué ojos es el secreto (¡aunque hay cada teórico!). Con lo cual, concluyamos con Borges (inspirador de Eco y villano de la obra) que en las letras de su nombre ("Rosa") está la Rosa.

Nos despedimos con una sentencia de Barkerville (tal vez ancestro de un futuro amigo de Sherlock Holmes):

Cuán pacífica sería la vida sin amor, Adso. Cuán segura... cuán tranquila... y cuán aburrida. (William de Baskerville)

Darío Lavia

Dedicado a Eco y Campanella

Sin notas al pie

martes, 15 de diciembre de 2009

El Hombre Murciélago y Sherlock Holmes

THE BATMAN (El Hombre Murciélago-1943) de Lambert Hillyer
SHERLOCK HOLMES (2010) de Guy Ritchie


Batman cranea en la
Bati-Cueva (Lewis Wilson)
"¡Larguémonos, es Batman!"
En plena II Guerra Mundial, un villano japonés, el Dr. Daka (J. Carrol Naish), inventa un dispositivo que puede convertir a los seres humanos en zombies. El Dúo Dinámico, Batman (Lewis Wilson) y Robin (Douglas Croft), luchan episodio tras episodio para desbaratar esta temible ofensiva. Fueron 15 episodios, pero si quieren una dosis de algunos para ir entrando en calor, aquí va:
1- THE ELECTRICAL BRAIN (El Cerebro Electrónico): El tío Martin (Gus Glassmire) sale de la prisión luego de cumplir una condena por desfalco de la que era inocente y es recogido por un trío de facinerosos. Tío Martin es conducido ante el pérfido Tito Daka, un príncipe oriental que se propone instaurar un "Nuevo Orden" en América. Como Tío Martin se niega a cooperar, Daka lo convierte en zombie. Determinado a robar el radio que guarda la Fundación de Ciudad Gótica, Batman tratan de impedirlo, pero sus secuaces lo arrojan al vacío desde una azotea. ¿Será su efímero final?
2- THE BAT'S CAVE (La Cueva del Murciélago): Batman secuestra a un secuaz (Stanley Price) y lo interroga horrorosamente en la Baticueva. En tanto Linda (Shirley Patterson), la prometida de Bruce, es secuestrada por esbirros de Daka y Batman y Robin van en su rescate pero son atrapados en un incendio. ¿Se calcinarán por salvar a Linda?
10- FLYING SPIES (Espías Voladores): Tras haber perdido varios hombres, Daka necesita reclutar nuevos rufianes. Bruce vuelve a hacerse pasar por rufián y logra llegar a un hotel donde tendrá lugar su ingreso a la banda. El próximo golpe será derribar un avión que transporta radio y Bruce sabotea el intento, pero... como Batman.


Lord Blackwood (Mark Strong)
insinúa a Sherlock (Robert Downey Jr.)
"Elemental, Holmes"
Sherlock (Robert Downey Jr.) y Watson (Jude Law) realizan un operativo policial y detienen al místico Lord Blackwood (Mark Strong, un actor que por su aspecto físico era perfecto para el personaje de Holmes) a punto de propiciar un sacrificio humano en honor a divinidades abismales de quien sabe qué escalafones infernales. Arrestado, es velozmente condenado a la horca en tanto que Sherlock se sume en la depresión de la inactividad hasta que su colega viene a buscarlo para llevarlo a la penitenciaria: Blackwood exige, como última voluntad, entrevistarse con Sherlock a solas (siempre bajo las normas de seguridad del presidio). En sus palabras, por supuesto, le da la clave del caso que durante dos horas de metraje lo sacará de su agobiante estado. Tras la ejecución, Watson certifica el cadáver pero no pasa mucho hasta que comienzan a aparecer nuevas víctimas con la firma de Blackwood. Es más, su cripta es demolida y su "cadáver" desaparece. Hay unos aristócratas masones que están muy preocupados, uno de los cuales (James Fox) sería el padre de Blackwood. Hay misteriosas apariciones y trucos que desafían las leyes naturales. ¿Se está llevando a cabo una intervención infernal? ¿Volvió realmente Blackwood de la muerte?


Un hampón (Stanley Price) es
interrogado por Batman y Robin
Enlace
Bienvenidos al mundo del "eterno retorno" y del - como diría Holmes [1] - "no hay nada nuevo bajo el sol". En plenos años '40 del XX, y en los victorianos años '90 del XIX, dos varones se dedican a entorpecer los caminos de cierto personaje aristocrático con torvas ambiciones de subyugar a los Estados Unidos, reclutando para ello a un grupo de brillantes miembros de la sociedad y teniendo como as en la manga un arma letal adelantada a su tiempo. Dejaríamos exhaustos al lector (y a nosotros mismos) si nos dedicásemos a enumerar el resto de las conexiones entre las tramas de los dos títulos presentados esta noche. Por eso, nos dedicaremos, esperemos que con buena fortuna, a enlazar el simpático serial encapotado de los '40 y el reciente opus de la filmografía sherlockiana.

Lo más interesante de ambas películas es, creemos, la relación de admiración y camaradería entre los dos protagonistas [2], llámese Batman y Robin o Holmes y Watson, y los lazos de ellos con la Mujer. En el primer caso es entre Bruce Wayne y su prometida, Linda Page; en el segundo, con la brillante Irene Adler y, en menor medida, la prometida de Watson. No estaríamos descubriendo nada nuevo diciendo que la mujer utiliza elementos de juicio a veces opuestos al del varón. Pero es que ambas películas nos muestran, a su manera, los contrastes entre el género masculino y femenino. No se trata de oponer el carácter eminentemente deductivo de Batman o de Holmes y el inductivo de Linda Page o la Adler, sino de apreciar algunas tendencias o conceptos que representan al género mismo.


Sherlock y Watson
(Jude Law)
La resolución de un problema - que de eso se trata Batman y Sherlock Holmes - puede afrontarse de un sinfín de maneras. En dípticos previos observamos el vicio humano (o virtud, como ud. prefiera) de percibir la realidad en forma simétrica. Por eso, ni Batman ni Holmes pueden concebir un mundo delictivo que no tenga móviles, incidentes disuasorios o causas previas a sus consecuencias. Aquello que no encaja no los desespera ya que tarde o temprano, termina encajando, simétricamente, en su modelo de universo. Sus rivales, tanto el príncipe Daka como Lord Blackwood, son pares y eso explica que sus intentos sean simétricos (y finalmente deductibles). Si Linda Page encarase la resolución del secuestro de su Tío Martin utilizando todo su pragmatismo femenino, la película no duraría ni media hora... lo que no implica ninguna desventaja de la mujer sino, como dijimos antes, un contraste que nos hace justipreciar a aquella criatura sin la cual el varón no podría vivir.

Linda Page
(Shirley Patterson)


Irene Adler
(Rachel McAdams)


Darío Lavia

Dedicado a Japón y a Gran Bretaña, por sus sendos y pintorescos intentos de conquistar Estados Unidos con métodos pueriles y de ciencia-loca.



Notas:
1 - O como diría Eclesiastés 1:9
2 - Que nada tiene de la pretendida homosexualidad propugnada por comentaristas revisionistas que a- exagerando en su intento, pasan del "revisionismo" a la "revisionopatía" o b- tratan de ver en los personajes aquello que no se animan a ver en si mismos.

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