domingo, 15 de marzo de 2009

El Infierno y Encarnación del Demonio

L'INFERNO (El Infierno-1911) de Giuseppe De Liguoro, Francesco Bertolini y Adolfo Padovan
ENCARNAÇÂO DO DEMÔNIO (Encarnación del Demonio-2008) de José Mojica Marins


Dante y Virgilia frente a Lucifer
Dante visita el Infierno
El argumento de El Infierno no podía ser más conciso. Es la traslación del Padre de las Letras Dante Alighieri, con la primera parte de la "Divina Comedia", tomando como influencias visuales las ilustraciones maestras de Gustavo Doré (1). Dividida en tres partes, fue la película más larga jamás vista hasta 1912 y fue más allá del típico filme de tableaux - tal como era la categoría genérica de los montajes de Pasiones de Cristo (2)- ampliando un poco la dinámica narrativa y ofreciendo una realmente apasionante batería de efectos especiales. Ubicados en su época, algunos cuadros son más atractivos que otros. Son de destacar el plano de Dante y Virgilio observando el cielo surcado por las almas de los pecadores llevadas por vientos arremolinados (un concepto complejo pero lúcidamente puesto en pantalla por los realizadores), la secuencia de Francesca da Rimini (simplona pero significativa), Caifás crucificado en tierra y siendo apisonado por las almas en pena de los hipócritas y las clásicas imágenes de Lucifer mascando al traidor máximo Bruto.


Zé do Caixão y el Mistificador
El Infierno y Ze do Caixao
Zé do Caixão (Jose Mojica Marins) es un recluso peligroso en una cárcel brasileña cuyos guardias se sienten aliviados de que la condena expire y que sea un hombre libre. A la salida del presidio le espera su fiel Bruno (Rui Rezende), aparentemente un viejo siervo de la época en que Caixão se labró su tétrica reputación. Ambos ancianos salen a un mundo nuevo, actual y descarnado, la realidad de las favelas, en las que, a modo de ejemplo, se muestran dos chiquitos aspirando pegamento y a un militar ejecutando a jóvenes delincuentes. Pero Zé do Caixão no tiene pretenciones morales ni equilibradoras, así que rápidamente se pone a trabajar junto a jóvenes acólitos, para lograr su objetivo, nada más y nada menos que traer el infierno a la tierra. Entre otros menesteres se dedican al secuestro, tortura y sometimiento de hombres y mujeres (especialmente policías, pero también hampones y abogadas). Entre las especialidades desarrolladas por este auténtico Grupo de Tareas, figuran la submersión de la cabeza en un tacho rebozante de cucarachas, la perforación de la espalda con ganchos de metal desde los que se cuelga al damnificado, la inyección de sustancias psicotrópicas, la remoción de la cabellera, etc. Algunos némesis aportan variedad al cuadro de villanía del filme, particularmente un par de hermanos militares (Jece Valadão y Adriano Stuart) así como un monje masoquista (Milhem Cortaz), quienes se proponen destruir a Zé no solo en lo físico sino también en lo espiritual. La perenne búsqueda de hembra para procrear su tan buscado hijo lleva a nuestro protagonista a tener encuentros sexuales con varias de las integrantes femeninas del elenco, aunque sus sueños se ven alterados por constantes pesadillas en que aparecen escenas de sus antiguas películas junto con los espectros de aquellos que murieron en las mismas.


Dante y Virgilio y una potestad infernal
Enlace
Para los lectores habituales de cinefania, difícil que sorprenda el recurrir a filmes que nos muestren viajes infernales, especialmente habiendo dedicando bastante tiempo y artículos al diablo en el cine, en la literatura, en la tierra... Pero bueno, como para "calentar motores" me gustaría ofrecer un falso (evidente) enlace que es el de estos filmes con viajes de un observador (Dante y Zé do Caixão) guiados por un mentor (Virgilio y "el Mistificador"). La analogía, obvia, pero vale la pena como para reparar en la necesariedad de un mentor para emprender una travesía infernal... o cualquier viaje o emprendimiento laboral, social, de vida. Siempre vamos de la mano de alguien.


Descompostura arácnida
Y aquí damos pie a nuestro enlace de la noche, que consiste en la necesidad que tenemos de un "Infierno". En la película de nuestros pioneros italianos del cine, Dante observa a una multitud de falaces, traidores, herejes y pecadores siendo objeto de vejámenes y torturas físicas. Por su parte, el temible Zé do Caixão observa un grupo de almas torturadas (retorciéndose mientras un demonio costurero les zurce las bocas). ¿Quiénes pueblan nuestros infiernos? Sencillamente, todos nuestros "Condes Ugolinos", es decir, todos aquellos seres que son "demonizados". La demonización se ha probado ser una de las más grandes herramientas en el arte de construir verdades históricas, generar conciencia, trazar ideologías y narcotizar grandes masas de contribuyentes. Y no habría demonización sin un lugar donde destinar esas almas, así que el Infierno no termina siendo una mera creación fantástica para contrapesar relatos religiosos o dar argumentos a filmes de terror, sino el pedernal con el que se detonan los cambios en la Historia de la Humanidad.

Darío Lavia

Dedicado a José Mojica Marins



Notas:
1: No dejen de chequear esta colección de arte con las obras del maestro del siglo XIX, autor de más de 200 libros de soberbias ilustraciones.
2: Debido a que tomó bastante trabajo completarla, hace unos años, recomiendo una nota titulada "De Pasiones y Cristos".

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