lunes, 4 de septiembre de 2006

La Noche de la Iguana y 1984

NIGHT OF THE IGUANA (La Noche de la Iguana-1964) de John Huston
1984 (1984-1984) de Michael Radford

El felm nos muestra a nuestro propio mundo en un futuro indefinido; donde 1984 es un año tan improbable como 2050 o 3112. Lo concreto es que se halla dividido en tres grandes regiones -Oceanía, Eurasia y Asia Oriental- que viven permanentemente en guerra o, mejor dicho, que hacen de la guerra el eje de todas sus políticas internas y externas. La historia se centra en Ingsoc (Inglaterra socialista), donde la sociedad se halla dividida en tres grupos claramente diferenciados: Los Altos (altos funcionarios del Partido, suponemos); los medios (los miembros del partido, que solo trabajan para el Partido); y los bajos (los llaman los "Proles", todos aquellos que no pertenecen al Partido). Es sencillo.

Todos los que no son Proles trabajan para el Partido. Este les asegura la permanencia dentro de su categoría, lo que conlleva unos dólares, vituallas, una habitación, y poco más que esto. Pero para que usted se forme una idea más acabada, diremos que las calles se hallan permanentemente patrulladas por "giros"; que todas las paredes de la ciudad tienen su propio "carapantalla" (una pantalla gigante que recibe y emite imágenes y sonidos) con la constante observación del "Gran Hermano", Líder y Protector de la Sociedad.

La transformación social se inició y se renueva constantemente a través del cambio del idioma Inglés a una "neolengua", que sintetizan dos o más palabras en una sola; y limita el lenguaje a lo estrictamente necesario para comunicarse entre personas, de un modo absolutamente impersonal. Ya en un plano más reducido, digamos que cada niño recibe su educación en un Centro de Espías, siendo cada uno guardián y tutor del cumplimiento de la doctrina del Partido dentro de cada hogar. Y que cada padre, además de trabajar para el Partido, dona horas a actividades extracurriculares del mismo, como la organización de eventos. fabricación de municiones, etc.

Dicho lo dicho; los protagonistas son tres. Winston Smith (John Hurt), un trabajador más, que tiene dudas sobre el Ingsoc, que se plantea en su intimidad si siempre las cosas fueron así y si serían posibles de otro modo; Julia (Susana Hamilton), una muchacha atrevida y decidida aunque sin ideales de ninguna índole, que ve en Smith a un hombre distinto al resto de los alienados y se enamora; y O'Brien (Richard Burton), funcionario del Partido en quien Smith tiene puestas esperanzas de que pueda ayudarlo a encontrar a la Resistencia, aparente organización dirigida por el Enemigo Público del Ingsoc: un tal Goldstein.

"La guerra es la Paz; la Esclavitud es la Libertad; la Ignorancia es la Fuerza" es uno de los axiomas del Ingsoc. El otro es igualmente interesante: "Quien domina el pasado, domina el futuro; quien domina el Presente, domina el pasado". Imagínese la clase de seres que pueden componer esta sociedad: seres adocenados, inmersos en dogmas paradójicos y orientados en una sola dirección: la del Partido.*

Y el felm, aunque parezca definitivamente otra cosa, es una intensa historia de amor entre dos seres que tienen inhibida su capacidad de amar y que saben que, amándose, se arriesgan a ser atrapados por el Partido y sometidos hasta el amansamiento de sus espíritus (usted se habrá imaginado que nada parecido a "espíritus libres" caben en la historia). Será O'Brien quien, proponiendo un cebo, acabe con la incipiente relación entre Winston y Julia y será además quien inicie el proceso de depuración de sus almas. El mismo O'Brien conducirá personalmente la tortura de ambos, y les dará oportunamente la reinserción en la sociedad, ya con los genes amansados y las mentes mejor dispuestas a comprender que el Partido es la Realidad, es la Verdad, es Todo.

"La noche de la Iguana" nos muestra a un caído reverendo Shannon de la Iglesia Episcopal (Burton), que encuentra trabajo como guía turístico en excursiones a bellos lugares de México. En una de estas excursiones, un grupo de mujeres mayores Bautistas lideradas por la Hna. Fellowes (Grayson Hall) cuenta con una bella e inquieta joven Goodall (Sue Lyon) quien hace todo lo posible para seducir a nuestro Reverendo. Aunque no lo consigue, logra al menos "sacarlo de escuadra". Será la Hna. Fellowes quien exponga la situación del amorío a los empleadores de Shannon conminándolos a despedir al Reverendo, dejándolo ahora sin "tercera chance" de reinsertarse en la sociedad.

Entretanto, la excursión deriva a un hotel regenteado por la Sra. Faulk (Ava Gardner) y, para terminar la composición del cuadro, llegan sin dinero y casi sin equipaje, un anciano poeta (Cyril Delevanti) y su nieta Ana (Deborah Kerr), quienes recorren el mundo sustentándose con el producido de las ventas de los retratos dibujados por ella a los turistas.

Entonces, en limpio, se encuentran en los bellos parajes mexicanos de Puerto Vallarta un excomulgado reverendo a punto de perder nuevamente su empleo, una excursión de mujeres bautistas acompañadas de una joven sensual y caprichosa, una regente de Hotel liberada de cualquier cosa vinculada a la religión, y un viejo poeta y su nieta retratista. ¿Qué tal?

Anárquica la composición, mas, en el fondo, lo que Huston nos enseña es que en el fondo estos personajes son una buena muestra de los miedos, prejuicios y valores que todos tenemos por ser simplemente humanos. El nudo conceptual del felm es la diferenciación entre la vigilia y el sueño, o si prefiere, entre la dura realidad y la realidad imaginaria, tan útil para soportarlo todo.

El Reverendo no puede más con su alma. Culpas propias del pasado y prejuicios de este extraño entorno cristiano (¿cristiano? ¿prejuicios?) lo torturan. Pero de su impensada relación con la retratista sacó en claro que a la vida no hay que enfrentarla ni evadirla: hay que "vivirla". Y para vivirla, ¡nada mejor que Ava Gardner (perdón, la Sra. Faulk)!

Enlace
Los dos felms nos muestran al amor entre dos seres como solución a conflictos existenciales, o como punto de partida de una vida que valga la pena ser vivida. En 1984 el fracaso del amor era inevitable. Así como todos nacemos con el germen de la muerte incorporado, los pobres habitantes de Oceanía nacían con el germen del amor atrofiado. Algunos, como Winston y Julia, sabían que existía y querían arrimarse al precipicio para ver. Corrieron el riesgo, fueron atrapados y torturados, hasta la muerte del deseo.

Para La Noche de la Iguana, en cambio, el amor llega como corolario de sufrimientos y tormentos psíquicos en la mente del reverendo. El corolario de una vida desbarrancada pero prestamente encauzada con un golpe de timón que pone las cosas en su real condición. Las ordena y prioriza, y las vuelve tolerables. En todo caso, las respuestas al entorno hostil que representaban ambos escenarios -Puerto Vallarta y Oceanía- se encontraban en el amor. Algo tan fácil de decir y tan difícil de comprender, ¿no?

Por otro lado, a veces se torna indispensable la construcción de un mundo interior fantástico, que nos permita soportar la violencia y la pobreza que nos circunda. Eso hicieron Winston, Shannon y... quizás usted también. Tal vez sea esto lo que motive a estas pobres líneas, que poco homenaje rinden -aunque sincero- a Radford y a Huston; a Orwell y a Tennesee Williams.

Patricio Flores

* Alguna vez Jesús nos comparó con ovejas.

A Ava Gardner

No hay comentarios.:

¿PERDISTE ALGÚN Nro. DE CINEFANIA? BAJALOS GRATIS