lunes, 29 de septiembre de 2008

Prisioneros del Terror y Sabueso Verde

MINISTRY OF FEAR (Prisioneros del Terror-1944) de Fritz Lang
GUMSHOE (Sabueso Verde-1971) de Stephen Frears

MINISTERIO DEL MIEDO
Luego de estar confinado dos años en un asilo psiquiátrico por haber dado la eutanasia a su esposa, Stephen Neale (Ray Milland 1) es dado de alta y sale a una frenética y paranoica Inglaterra en plena II Guerra Mundial. Su primer viaje en tren le depara una extraña sorpresa, con la visita a una extraña feria de "Madres de Naciones Libres" en la que una adivina (Aminta Dyne) le lee la buenaventura y como premio se lleva un pastel. Stephen no lo sabe, pero se ha llevado un pastel muy "especial", pretendido por ciertas gentes indeseables. Al abordar su tren de regreso, un supuesto ciego (Eustace Wyatt) roba el pastel y dispara a Stephen, huyendo al tiempo que el tren aminora su velocidad debido a un ataque aéreo. Stephen sale en persecución de este presunto invidente, pero cae una bomba y evapora todo rastro, tanto del individuo como del pastel. Luego de esta extraña aventura, Stephen regresa a Londres y contrata a un detective privado (Erskine Sanford) para que investigue semejante caso. También acude a los organizadores de la mencionada feria de caridad, que resultan ser dos hermanos austríacos, Willi (Carl Esmond) y Carla (Marjorie Reynolds), con quien Stephen de inmediato congenia. Será la punta del iceberg de una atrayente encrucijada de espionaje, misterio y romance que ofrece como premisa básica la permanente duda o ambiguedad sobre el asunto.

DETECTIVE BARATO
Un buen día, Eddie Ginley (Albert Finney 2), presentador y animador de eventos de lotería y música, publica un aviso en el periódico ofreciéndose como detective privado. Eddie parece haberse leído las obras completas de Dashiell Hammett y Raymond Chandler y es un maestro honoris causa en el arte de la réplica cínica. Su sueño, tras la gran decepción de su vida, es ser el protagonista de una novela de misterio. De esta manera se le presenta su primer caso. Un desconocido contacta con él y le cita en un departamento. Al ingresar (ya que la puerta está abierta), un hombre obeso (George Silver) - siempre es indispensable en toda buena novela de detectives, le indica tomar un sobre e irse. En el interior hay una suma de dinero, una Smith & Weson de 5 balas y la fotografía de una joven (Carolyn Seymour) que resulta ser hija universitaria de un militar, la víctima que Eddie debe hacer desaparecer. Así nuestro protagonista se involucra con cuestiones de compleja resolución, relacionadas con la política sudafricana, el tráfico de armas y las drogas. Por si no lo aclaramos antes, Ginley vive en la Liverpool contemporánea y ennoblece tanto el pasado como desprecia el presente.

ENLACE
Con este, volvemos unir dípticos por similitudes marcadas en tramas. Ya que ambos filmes nos proponen a un protagonista con antecedentes mentales (en el caso de Milland, recién salido de un asilo; Finney, por su parte, tratándose infructuosamente con un psiquiatra) que llega a un lugar y momento equivocado siendo confundido por otra persona más (por Dan Duryea en la primera película y por Fulton Mackay en la segunda) y llevándose consigo un paquete destinado a otro (un pastel, un sobre con un arma y dinero). Ambos regresan en ferrovías (Finney en subterráneo) y emprenden la investigación de lo que ocurrido, Milland contratando al detective, y Finney por su propia cuenta. Ambos se topan con lazos fraternales equívocos, Milland con los hermanos austríacos, y Finney con su propio hermano. Y, por supuesto, la intriga será extranjera en cada caso (por parte de los nazis o bien de una facción de Sud África).

Pero más allá de estas coincidencias superficiales queremos hacer pie en el hecho de suplantar, sin quererlo, a un tercero desconocido. Esta situación se da, por ejemplo, en las entrevistas laborales en las que, siendo seleccionados, estamos capturando el puesto que pudo haber sido de otra persona con características necesariamente similares a las propias. Del mismo modo, el fracaso implica que una especie de sosías ha logrado el puesto para sí mismo. Por supuesto esta, digámosle, impostura de oficio, se da naturalmente en infinidad de aspectos de la vida urbana. De hecho, la sociedad nos requiere una alerta permanente en pos de ocupar esos protagonismos vacantes y de arrebatar (o arrancar) toda oportunidad a posibles competidores (y viceversa). Hasta que punto esta es un contraefecto de la vida civilizada, un precio que se tiene que pagar o bien, una faceta profundamente humana, será cuestión de otra elucubración, ya que debo publicar ahora mismo antes que algún otro lo haga por mi...

Darío Lavia

Dedicado a Patricio Flores



Ray Milland: Este actor ya ha sido eje de otro díptico, por su actuación como el Dr. James Xavier en X: THE MAN WITH THE X-RAY EYES (El Hombre con Vista de Rayos X-1963).
Albert Finney: Otro monstruo sagrado de la pantalla, que también nos diera sustento para mencionarlo en la imperecedera BEFORE THE DEVIL KNOWS YOU'RE DEAD (Antes que el Diablo Sepa que Estás Muerto-2007).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos Dario.
Que aunque como te he dicho muchas veces, el que no te haga ningún comentario, no quiere decir que te haga la visita de rigor.
http:/pablocine.blogia.com

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