domingo, 21 de diciembre de 2008

Réquiem para un Sueño y El Silencio del Mar

Requiem for a dream (2000), de Darren Aronofsky

Apertura

Una madre es presa de una tremenda angustia oral que solo logra apaciguarla saboreando bombones junto a su programa de TV.

Pero la Suerte llamaría a su puerta. Acaba de ser elegida para participar de un programa de TV. La vida vuelve a cobrar colores fuertes. Solo hay que arreglar los detalles del vestuario y del peinado, y adelante.

Mientras la Sra. Goldfarb disfruta de su buena fortuna, su hijo único y adolescente, Harry, y su novia, Marion, se descubren y se moldean mutuamente en la excitación de sus cuerpos, en el juego de sus sexos, en alguna aventura riesgosa. Ellos buscan horizontes nuevos ya que el de sus padres – y el de sus pares- rebosa de patetismo. Ellos, unidos, no caerán jamás en las trampas ramplonas en que caen todos.

Y así, decididos, Harry y su amigo Tyron, se lanzan al negocio de comprar, fraccionar y vender heroína. Tres cuerpos ardientes necesitados de acción y de emociones fuertes, comienzan a organizar la compraventa y a plantear escenarios posibles propios del negocio.

Dña. Goldfarb debe resolver urgentemente sus cuestiones de vestuario y de peinado. Ir a la TV no era para desprevenidos y tampoco para personas excedidas de peso. Se pondrá su vestido de noche rojo de otros tiempos y un cabello luciendo a tono con el vestido.

Jennifer Connelly y Jared LetoHarry y Marion se encuentran entre sueños hedonistas y transgresores En lapsos breves, disfrutan de las mieles de la sinceridad, de la mirada franca, de la caricia por la caricia misma, se sienten buenos, se sienten protegidos en su mundo, son los reyes de ése mundo sin más habitantes que ellos dos, y la aparición de Tyron al momento de los negocios.

Primer día de dieta y tintura: Un huevo y media naranja.

Al llegar la noche, una caravana de bombones exigirán ser atendidos personalmente por Goldfarb. La paritaria resolverá que Goldfarb necesita de apoyo externo, y debe ir por anfetaminas.

Medio juego

Goldfarb reemplazará una comida por una pastilla. Sencillo, sin trucos.

Los muchachos ahora fraccionan y venden y empiezan a ver dinero. Entra dinero a la caja, sigue entrando... Harry le pondrá un negocio de ropa a Marion; es el bien por el bien mismo. Y pensar que todo esto parecía imposible... era cuestión solo de quitarse la venda de los ojos y vencer algunos miedos.

Las anfetaminas también funcionan. Dña. Goldfarb es dueña ahora de una vitalidad sorprendente; siempre inquieta, limpia y ordena, ordena y limpia. Merece un descanso y para eso nada mejor que la tele aunque ahora, sin bombones.

Ellen Burstyn y Jared LetoY Harry vuelve a ver a su madre luego de bastante tiempo, pero ya no es el muchacho irascible que robaba para conseguir drogas. Ahora es un joven de negocios el que se presenta ante su madre, a pedirle perdón por su conducta pasada y a llevarle en ofrenda un regalo de lo más apropiado, una TV gigante.

Pero ahora, la apacible señora Goldfarb no era sino un manojo de nervios. Y saltó la liebre. Ella le contó de sus preparativos para el programa al que había sido invitada, y de su preparación en los detalles. No tardó nada Harry en entender el cuadro completo: su madre se drogaba y lo hacía por una razón absurda, insignificante, probablemente fruto de su fantasía.

Y él: ¿por qué razón lo hacía?

Todo el amor entre él y su madre era sincero y forzado a la vez. Su reencuentro le provocará dolor y culpa, pero la droga se encargará de pagar esa adición.

Tyron cae en una redada, y todo el dinero recaudado por ambos va a parar al estado en concepto de "fianza". Pero no es todo. Fruto del mismo operativo, se acabará la droga en el barrio. Por primera vez, Harry y Marion deberán enfrentarse a exponer su relación sentimental en un escenario sin drogas. Veremos si el amor puede suplir la falta, o si la abstinencia arrastra con todas las reservas emocionales. Jaque.

Ahora, la Sra. Goldfarb puede lucir su vestido rojo, pero está desquiciada. Atormentada por sus alucinaciones, luce psicótica; sabe que algo no anda bien pero también entiende que ya no hay marcha atrás.

La droga volverá al barrio. Pero ya no hay dinero en la caja y no olvidemos que ahora hay antecedentes cercanos comprometedores. Todavía queda algo por hacer: Marion deberá prostituirse. "Sacar a pasear a la Dama" es, en ajedrez, síntoma de poca reserva táctica, imprevisiones, de escasa capacidad de juego.

Goldfarb llega a la TV. En su alucinación, llega espléndidamente vestida con su vestido rojo, y con una felicidad plena, saluda a cámara a su esposo y a su exitoso hijo. Pero eso no dura nada; nada dura nada; todo se desvanece ante la omnímoda presencia pesadillezca de la heladera y de la TV.

La heladera, antiguo tótem en lo de los Goldfarb, ahora encabeza un turbión de viejos apetitos ya inalcanzables para una señora sola y vieja. Sara Goldfarb corre. Y llega el invierno.

Final [1]

Tyron y Harry parten a Florida en busca de la histérica y esquiva droga.

La Sra. Goldfarb terminará en un neurosiquiátrico.

Marion descenderá aún más, pero no es el fin.

Harry y Tyron abdicaron. Pero el juego siempre sigue. ¿Yo...? Prefiero "Negras".

Le silence de La Mer (1949), de Jean-Pierre Melville

Howard Vernon (el teniente)Un oficial de la Wehrmacht, el teniente Von Ebrennac, se hospedará por tiempo indeterminado en la morada de monsieur Robain y su sobrina Stephanie, en un pueblo a las afueras de Paris, allá por 1941.

La casa, de dos plantas se vio dividida al igual que Francia luego de la invasión alemana y el gobierno de Vichy. La planta superior fue ocupada íntegramente por el oficial alemán; la inferior y los jardines, por tío y sobrina.

El teniente entendía lo indeseada de su presencia y permanencia en la casa, no obstante ello no impidió que noche a noche bajara a compartir unos minutos con sus anfitriones. Con los meses, ésos minutos irían socavando la resistencia de los dueños de casa.

Jean-Marie Robain (el tío), Nicole Stéphane (la sobrina) y, al fondo, Howard Vernon"Francia no era para ser conquistada, sino seducida", plantearía Ebrennac. La tierra de Racine, Voltaire, Montaigne, Descartes y Hugo no daba ni daría nada de sí, a menos que se la sedujera, y para eso, había que dar la talla. Y Alemania la daba. Toda la literatura que le faltaba al país invasor, la compensaba con los más grandes filósofos y músicos de nuestra historia. Eso debía de ser un buen presente, como para empezar el galanteo.

(Imaginaba el idealista alemán que de la unión de ambas naciones, brotaría una savia que alimentaría a todo el concierto de las naciones).

Pero la guerra tomaría cursos bien distintos muy reñidos con la idea de "seducción". No sólo se estaba sojuzgando a Francia, sino además, se buscaba hacer desaparecer su influencia inconmensurable del contexto de una nueva Europa.

El noble teniente actuará conforme a su condición y pedirá su traslado al frente.

Enlace

Es por demás evidente que la vida no transcurre en balance, o quizás sí, pero en ciclos tan largos que nunca permiten a un mismo ser humano apreciarlos en vida.

Hay quienes solo tienen el presente entre ceja y ceja. Y los hay también quienes tienen ideales, sueños por delante. De ambos seres se nutre el mundo. También podríamos afirmar que los hay quienes no tienen nada en la cabeza, o que solo tienen sandeces. Pero no nos disipemos Flores ni nos envanezcamos, que a usted tampoco le sobra demasiado…

¿Qué hay en común entre todos los personajes de estos dos felms? Poco, pero bueno.

La realidad –el presente para expresarlo mejor- suele ser amorfo, inabordable, sumamente complejo.

Pero lo que se rescata es el afán de algunos por modificarlo, por operar sobre el presente, por tomarlo de las astas.

Está claro que Goldfarb, su hijo y sus relaciones, optaron por el camino equivocado, o, si lo prefiere, los resultados no los acompañaron. Es claro que la partida de las drogas generalmente no ofrece revancha. No son asimilables así como así, como las naranjas o el huevo duro. Además, no podemos dejar de mencionar el medio hostil en donde "se cocina el estofado".

Pero Goldfarb, carente de voluntad como para iniciar una dieta y ejercicios, no le faltó determinación a la hora de drogarse. Lo que le faltaba –y apareció de modo azaroso- fue el motivo, y aquí la razón se la proveyó una (falsa) invitación a un programa de TV. Por eso, el encarar una biografía o un hecho histórico cualquiera siempre se topa con el mágico mundo de "Las Razones" que lo motivan. Y aquí, por descabelladas, excesivas u absurdas que fueren, no es justo despreciar ni soslayar a ninguna.

El Nazismo fue en sí mismo, un hecho histórico saliente del siglo veinte. Lo interesante es que no respondía a una filosofía depurada y macerada con los siglos, sino a una particularidad "genética" que obra en poder de cada ser humano, pero que explota seriamente en ciertas razas: la sujeción del otro a nuestra voluntad, incluso mediando violencia, si es que el otro no acepta ni entiende nuestras intenciones, nuestras miras, o si no reconoce nuestra autoridad como suficiente [2].

Es interesante que el teniente Von Ebrennac sea el emisario de un régimen tan violento como avasallante. Seguimos con la idea de hace unos momentos: el presente suele ser complejo. Y más allá de toda hegemonía creada por los regímenes totalitarios en todos los tiempos, suelen florecer espíritus sensibles entre las multitudes, seres impermeables a sus tiempos y a sus lugares de pertenencia.

Para Harry, de algún modo, Marion era la salida. Quizás la droga fuera algo solo eventual; como para cobrar impulso... para luego dedicarse a Ella, amarla, a apoyarla en sus planes, como en el ideal adolescente de muchos.

Quizás el nazismo no pueda explicarse desde la psicología de cada uno de sus mentores o ejecutores. Quizás sí. Pero causa horror el ver que algunas de las cosas que ellos pensaban, vistas y sopesadas desde su propia historia y su propio momento, no nos generen el mismo sentimiento de rechazo que sí generaron la ejecución de sus políticas [3].

Las cosas suceden, derivan, mutan, se ajustan o mejor dicho, se autoajustan, hasta confluir en los libros de historia y en nuestras consideraciones más personales.

Pero entendamos que el "monstruo muta". La Sra. Goldfarb, Harry, Marion, el nazismo... se irguieron como respuesta a muchas cosas, pero terminaron presa de un inevitable descenso a los infiernos.

Cuadro en el estudioCuando se estudie la historia de las drogas, difícilmente Harry ocupe siquiera una nota al pie. Ni Goldfarb. Ni cuando se estudia el nazismo queda espacio para un Von Ebrennac. Sin embargo, hace bien el saber que a Francia esta historia no le fue indiferente. Miles de espíritus de la Resistencia se sintieron reflejados por esta bella historia sin buenos ni malos, compuesta de seres tan humanos como distintos e iguales al mismo tiempo [4].

Casi sin desearlo, Stephanie ya había dirigido los cañones de su corazón hacia el teniente, pero era tarde, como suele suceder(nos).

Al decir del genial Siegbert Tarrasch:

"En el ajedrez, como en la vida, la mejor jugada es siempre la que se realiza".

Patricio Flores

Dedicado a Ana Vargas



1: "Quien no asume un riesgo nunca ganará una partida", (G.M. Paul Keres).

2: Hay quienes encuentran vínculos claros entre Hitler y las Walkirias, Nietzche, Napoleón, Wagner, Chilperico o Asmodeo. Yo pienso que esas lecturas descomponen el cuadro más que enriquecerlo, aunque no me juzgo una autoridad como para ser terminante en mi afirmación.

3: Argentina es un modelo perfecto en estas cuestiones. No es el único. Diría Charly García "yo que crecí con lo que estaba bien, pero a la noche estaba todo mal".

4: Este bello felm se basó en la novela de Vercors (Jean Bruller) de publicación clandestina, en la Francia de 1942.

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