domingo, 24 de diciembre de 2006

El Beso de la Pantera y La Llave Maestra

CAT PEOPLE (El Beso de la Pantera-1982) de Paul Schrader


Cualquier amante del cine recordará el título CAT PEOPLE (La Marca de la Pantera-1942), un felm de los años '40, producido por un tal Val Lewton para la RKO Radio Pictures, y al que se le asigna el mérito de ser el primero de un ciclo que intentó oponerse al típico terror efectista de monstruo enfocando esfuerzo en la insinuación más que en la exhibición del objeto terrorífico. 40 años después, la productora es otra (Universal), el productor es otro (Charles Fries y Jerry Bruckheimer) y la premisa es otra (mostrar lo mostrable). Nuestro díptico de hoy se inicia con CAT PEOPLE (El Beso de la Pantera-1982), de un eventual guionista de piezas maestras de Martin Scorsese llamado Paul Schrader. La película se inicia con unas escenas que rebozan calidad visual y que narran un prólogo ambientado en un pasado tal vez legendario, en el que un pueblo que vive en un territorio sumamente árido es acechado por panteras que son veneradas como seres divinos. Luego, la acción nos transporta al presente, en el que una virginal joven (la siempre atractiva Nastassja Kinski) llega a New Orleans proveniente del exterior y se encuentra con su hermano (el siempre vicioso Malcolm McDowell), un sacerdote evangélico que se muestra demasiado proclive al contacto físico con ella.

Pero sucede que el hermano es un hombre-pantera, que se dedica a asesinar personas bajo cierto influjo maligno. En una de sus correrías queda encerrado en una habitación y es atrapado por el encargado de un zoológico (John Heard), que le conduce a una jaula del parque. Frente a esa misma jaula, al día siguiente, la joven protagonista se dedica a observar y a hacer bocetos. Esa noche el cuidador y ella se conocen, naciendo una simpatía que se convierte rápidamente en amor. Pero la película recién está comenzando a hacer girar sus engranajes, y la pantera-hermano ataca a un cuidador (el siempre simpático Ed Begley Jr.), a quien le devora un brazo. La huída de la pantera del zoo coincide con la reaparición del hermano, esta vez con un agresivo perfil incestuoso, tratando de convencerla de acostarse inmediatamente con él. Por supuesto, ella se niega, provocando una nueva (y definitiva) separación fraternal: él se va a flirtear con una atractiva joven y ella se va de día de campo con el joven cuidador. Pero siguen apilándose víctimas de la pantera hasta que finalmente se entienden las reglas de las metamorfosis. Esta extraña raza de seres gato, se transforman en felino luego de tener relaciones sexuales, teniendo que matar a una persona para volver a tomar forma humana. De esta manera, se entiende que el ardoroso deseo del hermano pantera sea en verdad, una medida de seguridad...

Es cuando la joven protagonista pierde su virginidad en brazos del enamorado cuidador que comprende las posibilidades y limitaciones de su naturaleza y, luego de volverse pantera y de perdonarle la vida a la persona que ama, es que opta (junto con el cuidador) por una "salida negociada", esto es quedarse en estado animal. Este final, que es opuesto al de la película de los '40 (que apuntaba a la fatídica muerte de la protagonista-pantera), es acorde con el perfil ecológico de las nuevas generaciones, y también mejora el sesgo trágico que en el cine han tenido, por ejemplo, los licántropos o los hombres-vampiro.

THE SKELETON KEY (La Llave Maestra-2005) de Iain Softley

Habiendo llegado al desenlace de CAT PEOPLE, pasamos ahora con nuestra segunda película, y nos mudamos de New Orleans a Louisiana, donde se desarrolla THE SKELETON KEY ó La Llave Maestra, un filme cuya protagonista es una enfemera (la joven y bonita Kate Hudson), que acaba de arrepentirse de su último trabajo en un geriátrico, debido a su tendencia a involucrarse con sus pacientes. A lo largo de la trama el director dedica un importante tiempo a explicar que ella ve en cada uno de sus pacientes al padre que perdió sin haberle demostrado amor, de manera que estamos en presencia de un típico trauma que motiva al personaje a tomar tal o cual decisión, en este caso, la de abandonar el hospital para emplearse como enfermera a domicilio. La joven responde un aviso de un abogado (Peter Sarsgaard) y es enviada a una vetusta casona, en el medio del páramo, habitada por la clienta del abogado, una anciana (Gena Rowlands) y su marido inválido (John Hurt). Al ser aceptada por su empleadora, la joven recibe una supuesta llave maestra que abre todas las puertas de la casa.


Pronto (y es que estamos en un felm de terror) es que comienzan a surgir sospechas, miedos y extrañas sensaciones. Pero para abreviar, digamos que la joven enfermera nota que el viejito intenta comunicarle algún mensaje sin que su señora lo perciba, así que, naturalmente, la joven sospecha que la vieja quiere hacerlo morir enseguida para quedarse con la herencia. De la sospecha materialista pasamos al miedo, que se inicia cuando el anciano intenta escapar por el tejado de su casa una terrible noche de borrasca (¡a pesar que estaba paralizado!). Y del miedo pasamos a la sensación de estar en terrenos sobrenaturales, con ciertos detalles que, según una amiga nativa le explica a la enfermera, corresponden a los ritos de "hoodoo" (cuya similitud semántica con Vudú es solo eso, ya que el hoodoo se ocupa del curanderismo mientras que el vudú es una religión). Y bueno, de ahí en más, le comienza a picar el bichito de la curiosidad, y de la típica forma de afrontar situaciones, resumidas con el refrán de que "las brujas no existen, pero que las hay, las hay", pasa a un paulatino convencimiento que termina siendo perjudicial ya que, según nos explica la vieja "para que la magia surta efecto, uno tiene que creer".

La vuelta de tuerca (interesante, por cierto), tiene que ver con dos criados negros, Papa Justify y Mama Cecile, que vivieron 90 años atrás en una plantación y fueron quemados por brujos durante una fiesta de sus patrones blancos. Estos criados, antes de morir, habían perfeccionado un mecanismo de enroque espiritual, que les permitió abandonar sus cuerpos e ingresar en el de los hijos de sus patrones (en tanto que las almas de los niños quedaron confinados en los cuerpos de los criados finalmente quemados en la pira). Estos niños (con las almas y las conciencias negras, claro), heredaron la casa y vivieron recluídos ahí hasta que sus organismos envejecieron. Necesitando un nuevo par de cuerpos para hacer la mencionada transmigración, atrajeron un matrimonio sobre el que se cambiaron y arreglaron una transferencia de la casa, de manera que el matrimonio (hospedando claro a las almas de Papa Justify y Mama Cecile) continuó viviendo en la casa hasta envejecer (los personajes de Rowlands y Hurt), momento en el que atrajeron al abogado (al cuerpo del cual Papa Justify ingresó sin problemas, enviando el alma del pobre muchacho al cuerpo del anciano). Claro, el anciano, debido al supuesto "derrame", no puede revelar lo que sabe. Y, eventualmente, la anciana realiza el ritual, pasando al cuerpo de la joven enfermera (y quedando la anciana, con una embolia cerebral, sin habla y albergando el alma de la enfermera). Semejante transmigración de almas, solo comparable en concepto al ajedrez de intercambios de cerebros que propone el jorobado Ygor en THE GHOST OF FRANKENSTEIN (El Fantasma de Frankenstein-1941), conduce a una resolución que nos deja un sabor fatídico en la boca, aunque con algunos intríngulis para resolver mentalmente.

Enlace
Mientras una película muestra un caso más de metamorfosis entre ser humano y animal (que, para simplificar, caratularemos como "Zoofilia"), la otra nos ofrece una fase más de ingreso en sobrenatural terreno de las "correspondencias" (en el significado ocultista de la palabra). Así, un ser humano que sepa como, es capaz de ingresar en el cuerpo de otra persona (previamente evacuando el alma del legítimo ocupante a otro cuerpo). Entre mutación de cuerpos (en CAT PEOPLE) y de almas (en SKELETON KEY), hay un último detalle interesante que es la salida negociada. Ni la primer película liquida a su monstruo (hay que tener mucho desamor para liquidar a una loba tan atractiva como Natassja) ni la segunda logra acabar con el matrimonio de nigromantes (por mucho que le pese a la joven protagonista). De vez en cuando, el mal se las rebusca para sobrevivir en este mundo (de celuloide) tan plagado de justicias y finales felices.

Darío Lavia

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