El Año Pasado en Marienbad y El Hombre con Vista de Rayos X
El Año Pasado en Marienbad
Unos títulos difusos nos anuncian que estamos por ver un felm titulado EL AÑO PASADO EN MARIENBAD. Su director es, nos informan las placas, un tal Alain Resnais. La película transcurre en lo que parece ser un hotel, en el que los personajes de nuestra historia pasean, conversan, ven obras teatrales, deambulan y meditan en voz alta. Lo que en apariencia es un hotel, no es uno cualquiera. Por momentos, los supuestos huéspedes están congelados en el tiempo. Más tarde se mueven y se dedican a conversar entre ellos. Eventualmente se acercan a un personaje alto y muy delgado (Sacha Pitoeff) que realiza un simple juego de mesa con naipes o cerillas al que, afirma, "puedo llegar a perder pero nunca pierdo". El protagonista (Giorgio Albertazzi), es un hombre de mediana edad que parece estar a tono con la incógnita acerca de varias de las cuestiones que se ofrecen (el hotel, los invitados, el extraño y el juego). Digamos que, así como los títulos de crédito son difusos y ambigüos con el fondo gris, la película nos ofrece poco sustento lógico para interpretar el planteo narrativo que nos presenta que, en dos líneas se podría resumir de la siguiente manera:
El protagonista intenta convencer a una mujer (Delphine Seyrig) de que algo pasó entre ellos "el año pasado en Marienbad". La mujer es (o puede ser) esposa del hombre delgado, y nunca se llega a convencer si lo que le dice su supuesto amante es cierto o si solo es un ardid para que ambos huyan del hotel.
Por supuesto, en ningún momento la película nos ofrece pistas valuables que resuelvan los misterios que plantea. Hay sutilezas, sí, para poder elaborar interpretaciones. Por ejemplo, el protagonista se presta a jugar el juego de mesa con el hombre delgado (su supuesto rival), pero siempre pierde. El hombre delgado se muestra más interesado en derrotar a todos los que se prestan al juego que en estar con su supuesta esposa. Por momentos los visitantes del hotel están congelados y los protagonistas deambulan entre ellos como si nadie los notase o como si fueran fantasmas. Pero no se puede afirmar que lo sean, ya que en otros momentos, ambos interaccionan con los personajes y son percibidos. En un momento el hombre delgado dispara a su esposa y el protagonista describe (voz en off) escenas de las que no ha sido testigo. Otras teorías también caen por posteriores evidencias, llegando al desenlace de la película sin ninguna idea lógica en firme, pero con la sensación de haber estado a punto de resolver el misterio.
El Hombre con Visión de Rayos X
Nuestro segundo felm se titula EL HOMBRE CON VISION DE RAYOS X y parece tener los pies en la tierra. Al menos en sus primeros momentos, ya que nos ofrece la historia de un científico, el Dr. Xavier (Ray Milland), que, en pos de un fin noble, experimenta con un nuevo método que le permitiría ver a través de sustancias o materias opacas. Luego de algunas conversaciones y ciertos momentos distendidos (no deja de ser simpático el estilo de baile a go go que tiene Milland), nuestro protagonista logra su cometido y lo demuestra diagnosticando correctamente la dolencia de un paciente sin necesidad de abrirlo.
El conflicto de la película surge por el detalle que los efectos del cambio en la vista de Xavier no son permanentes sino que progresivos. Es decir, a medida que pasa el tiempo su visión va penetrando más y más la materia. Un esquema narrativo similar a otras películas de ciencia-ficción, como por ejemplo, la estimable EL INCREIBLE HOMBRE MENGUANTE, en la que un hombre se empequeñece sin parar hasta enfrentar al alucinante mundo atómico. Pero volvamos a Xavier. Su vista atraviesa la vestimenta y puede ver a las chicas en ropa interior. Pero luego atraviesa la epidermis, y es capaz de localizar tumores con solo observar al paciente. Como el poder de su vista avanza, comienza a traspasar los cuerpos y la materia en general, de manera que se ve obligado a utilizar antiparras de metal o anteojos de concreto para poder ver lo que le rodea.
Debe fugarse de su entorno científico y se convierte en Mentalo, una atracción de feria explotada ruinmente por un bellaco (el cara de sapo Don Rickles). Más tarde utiliza sus poderes como curandero de barrio y, a medida que su poder va avanzando, termina con un par de cráteres negros por ojos y traspasando toda materia en el universo. Luego de un accidente automotriz, Xavier llega a tientas a un servicio evangélico en la que el pastor dice su sermón en torno a tópicos conocidos como la inescrutabilidad del Señor, etc. Al ingresar en la capilla, Xavier escucha parte del sermón y refuta al pastor diciendo que en aquel momento está viendo lo único que su vista no puede atravesar y, siendo que ha atravesado toda la materia, lo que ve es Dios. Los títulos del final y el consabido cartón de "American International Pictures" nos impiden averiguar algo más sobre el particular, aunque nos deja algo maravillados y soprendidos a la vez (señal inequívoca que la película ha sabido llevar el concepto de ciencia-ficción a sus últimas consecuencias).
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Ante todo, permítanme un autoelogio al intentar enlazar no solo dos películas diametralmente opuestas (una de "cine-arte", otra de ciencia-ficción comercial, una francesa, la otra norteamericana, una en glorioso blanco y negro, la otra en rutilantes colores), sino a dos realizadores que en los libros nunca suelen compartir páginas o capítulos (algunas veces ni siquiera tomos), es decir Alain Resnais y Roger Corman. No está de más, teniendo en cuenta que Resnais es respetado como uno de los grandes nombres de la historia del arte cinematográfico y Corman, también un gran nombre, pero por motivos menos artísticos que comerciales. Pero no derrochemos renglones en halagos y egolatría y vamos a un enlace que, dado el etéreo y poético planteo de la primer película, y el frío y científico cauce narrativo de la segunda, no será muy concreto sino todo lo contrario. Ante la ambigüedad de los hechos narrados en Marienbad, damos por seguro que la película es una metáfora. En dicha metáfora el protagonista que trata de rememorar el pasado, podría ser, digamos, el Ser Humano en búsqueda de su objetivo primordial. La mujer (bella, etérea, indecisa, un poco caprichosa) simbolizaría la Felicidad (es decir, el objetivo del Ser Humano). Por momentos el Hombre coquetea con ella, le declara su amor, trata de que ella acceda a huir con él. Cuando finalmente lo hace, jamás abandonan el Hotel. Por último tenemos al Hombre Delgado, que parece estar manejando en todo momento la situación o (al menos) ejercer cierto tipo de control. ¿Se habrá encontrado la visión de rayox X de Ray Milland con un dios con rostro frío y cínico como el de Sacha Pitoeff, que maneja el Hotel-Universo jugando un juego al que puede perder pero que nunca pierde?
Darío Lavia
2 comentarios:
Extraordinario, tu comentario amigo Darío, de lo mejor que he leido, y por supuesto con una gran imaginación a la hora de hacer la reflexión de ambas películas.Lástima que no escribas más a menudo, pero es de imaginar, que esto da mucho trabajo, a la hora de escojer las dos películas. Muy bueno como digo. Saludos. Pablo.
En parte, coincido.
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