El Triunfo de la Voluntad y Matango
TRIUMPH DES WILLENS (El Triunfo de la Voluntad-1935) de Leni Riefenstahl
MATANGO (Título Propuesto: El Ataque de la Gente Hongo-1963) de Inoshiro Honda
El Triunfo de la Voluntad
Antes de hablar de esta polémica película, decidí revisar algunos libros de cine para intentar ver opiniones más fundadas. En el libro de Halliwell, Film DVD & Video Guide 2007, en el que asigna *** a la película, diciendo que se trata de "a devastatingly brilliant piece of filmaking - right from the opening sequence of Hitler descending from the skies, his plane shadowed against the clouds." [1]Halliwell a manera de matiz, cita la opinión de Brian Winston (contraria) que dice "Its length and lack of variety scream incompetence... interminable, self-indulgent, repetitive - in a word, turgid." [2]
Por último, el viejo y apreciado Maltin, en su 2006 Movie Guide, le da su máxima calificación (****). Sabemos que la película nos muestra el Congreso del Partido Nazi en Nuremberg en 1934, un año después de la ascensión de Hitler al poder. En el comienzo, a la par que vemos escenas de preparativos en la ciudad, la cámara está en el aire mostrándonos un avión. Por momentos el avión se pierde entre las nubes, luego regresa. Halliwell ya nos espoleó diciendo que en su interior viaja Hitler. Luego de varios minutos, el aparato desciende y, efectiavamente, aparece el Führer... pero, calma, aún no habla. Se lo ve desde lejos. Lo cierto es que ha descendido de las nubes. La cámara nos muestra a Hitler transportándose en automóvil a través de infinidad de calles abarrotadas de vecinos de todas las edades que levantan sus brazos en adhesión al lider.
Hay varios eventos. Una reunión de juventudes hitlerianas en un gran estadio y un orador que ensalza al Führer, hasta que el propio Hitler toma la palabra. Estamos, aprox., en el minuto 45 de proyección. En su discurso lleva el tema por distintos tópicos, que hacen estallar frecuentemente a la multitud. Por la noche hay distintas muestras de afecto hacia Hitler. Un grupo de oficiales, en solemne acto, dicen un discurso por los muertos de cierto incidente. Más tarde hay una ceremonia en la que Hitler y dos jerarcas (el líder de las SS y el de las SA, luego de la "caída" del anterior jefe, Röhm) van a rendir tributo a algo que parece ser la tumba del viejo Hindenburg; luego hay un discurso de Hitler ante varias decenas de miles de soldados. En uno de sus fraseos, el Führer desestima aquellos rumores sobre "desunidad" en el partido (vista en la época, habrá sido interesante la reacción del pueblo, especialmente luego de los acontecimientos de la llamada "noche de los Cuchillos Largos" en la que Hitler se deshizo de las temibles SA).
Por fin llega el plato fuerte (que se extiende durante más de 25 minutos de metraje) es decir, el famoso Congreso del partido. En dicho Congreso, ante la presencia de la plana mayor de Alemania (hasta se ve el rostro compungido y nada entusiasta de un representante de la Iglesia), hablan todos los jerarcas nazis. La cámara nos muestra, queremos suponer, los momentos descollantes de los discursos. Uno de los últimos oradores (Hitler ya ha terminado su exposición y está sentado), es el famoso Hess, quien termina su ponencia (y la película) diciendo que "Hitler es Alemania y Alemania es Hitler."
Tal como decía Halliwell, la película no tiene desperdicio. Especialmente si uno está mínimamente intersado en la Historia del S. XX. Pero vamos a nuestra segunda película de la noche.
Matango
Mire que manera de cambiar el ambiente. Luego de un prólogo en que un personaje nos narra su historia, la pantalla nos muestra un yate en el medio de un océano de colores pastel. Un yate de placer con una joven japonesa en bikini que se acompaña del ukelele y canta un tema pop (de los años '60). Listo, ya nos olvidamos de las arengas nazionalsocialistas. La tranquilidad no dura mucho para nuestros viajeros, ya que una previsible borrasca les tira al diablo el yate y van a parar a una isla misteriosa de la que lo primero que les llama la atención es la extendida capa de musgo, hongos, líquenes y afines que cubre gran parte de la superficie. En la playa hay un velero encallado, que les aporta un cobijo seguro a los náufragos. Sin embargo el buque también está plagado de hongos, lo que no deja de llamar la atención a los protagonistas que, a la par que surgen conflictos entre ellos, tratan de investigar.
Si ud. ya vio antes alguna película japonesa de ciencia-ficción, no tendrá mucho problema para deducir que el problema de los hongos tiene que ver con alguna mutación radiactiva. Tal es el inconveniente que provoca la aparición de hongos gigantes y la metamorfosis que aquellos personajes acuciados por el hambre experimentan luego de ingerir dicho fungi. A medida que avanza la trama, uno a uno los protagonistas van sucumbiendo a la tentación. La película nos muestra la alucinógena experiencia de uno de ellos, que percibe el mundo de los hongos de una manera totalmente psicodélica y feliz. El último personaje no contaminado, rehusa comer hongos (a pesar que se lo ofrece su novia) y escapa de la demencial isla.
La acción regresa al recinto visto en el prólogo, desde donde el protagonista (y único superviviente) cuenta su historia a los médicos que lo tratan de curar de la horrible metamorfosis que está sufriendo en el rostro (detalle que no habíamos percibido al principio de la película). Evidentemente la radiación hizo su labor. Fin.
Enlace
La trama de Matango se permite ofrecer una lectura en boca de algún personaje, que incita al protagonista a comer hongos. La propuesta es integrarse al mundo de los hongos, donde solo hay felicidad, donde no hay preocupaciones ni hambre. Por supuesto cuando el muchacho regresa a la civilización comienza a dudar sobre cual de los dos mundos es el de los hongos (literal y metafóricamente hablando).
En ese sentido, el Hitler de El Triunfo de la Voluntad propone una felicidad similar a la Alemania que nos muestra la inquieta lente de Leni Riefenstahl. Tal vez no sea una felicidad que haga alucinar a la gente, pero en cierto modo cambia su percepción de la realidad, y termina siendo felicidad al fin (a juzgar por las miles de personas, mujeres, niños, ancianos, hombres, que alzan su brazo recibiendo a Hitler). ¿Carcome el hongo la voluntad de la persona? Tal vez de la misma forma que el totalitarismo siega todo individualismo opuesto a su doctrina.
Aún así, Matango concluye con la duda. Duda sobre si el mundo conocido, malo, hipócrita, eternamente injusto, es peor que esa sociedad ideal propuesta por la Gente Hongo (o, en caso del documental de Leni) por un Iluminado. Esa duda, quizá, es la que mantiene girando el mundo y la que provoca las matanzas más extendidas de la Historia.
Darío Lavia
Notas:
1: La traducción sería: Brillante y devastadora pieza de arte cinematográfico, desde la secuencia inicial con Hitler descendiendo desde los cielos y su avión haciendo sombra contra las nubes.
2: Traducimos como: Su duración y ausencia de variedad braman incompetencia, interminable, auto indulgencia, repetitividad... en una palabra, rimbombante.
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